Este artículo se publicó hace 17 años.
Los secuestradores de las cooperantes en Somalia huyen a las montañas
Un representante del mismo clan al que pertenecen los captores ha condenado el acto y explica la huída por temor a una acción policial
Un representante del mismo clan al que pertenecen los secuestradores de una médica española y una enfermera argentina en Somalia condenó hoy ese acto e indicó que los captores se han desplazado a una zona montañosa por temor a la policía.
"Los secuestradores han ido hacia áreas montañosas porque temen que la policía adopte medidas de fuerza", declaró Hagi Abdi, representante del consejo de ancianos, desde la localidad somalí de Bosaso.
Según el representante del clan, los delincuentes han reclutado más efectivos, a partir de los seis iniciales, porque temen una acción policial.
"Condenamos este secuestro y, como clan, no estamos de acuerdo con este insensato acto", dijo Hagi Abdi.
La española Mercedes García y la argentina Pilar Bauza fueron secuestradas el pasado miércoles en Bosaso, en el extremo nordeste de Somalia, donde trabajaban para la sección española de Médicos sin Fronteras (MSF).
Desacuerdo interno
Los secuestradores han pedido un rescate de 250.000 dólares, pero las autoridades de la región somalí de Puntlandia, donde se encuentra Bosaso, se muestran contrarias a que sea abonado.
Los captores pertenecen en su mayoría al subclan Warsangeli, del clan Harti, un grupo étnico que ha sido acusado por las autoridades de Putlandia de estar detrás de los secuestros en esta región.
El presidente de Puntlandia, Adde Musse, garantizó que las dos rehenes están "absolutamente bien" en la conversación que mantuvo el viernes por la noche con dos diplomáticos de España y de Argentina presentes en Bosaso.
Se trata del embajador de España en Kenia, Nicolás Martín Cinto, y del encargado de negocios de la embajada de Argentina en Nairobi, Fernando Rolandelli.
Martín Cinto declaró hoy telefónicamente desde Bosaso que continúan los trabajos para poder conseguir la libertad de las dos rehenes y agregó que no se habían registrado novedades al respecto.
También está allí, desde el viernes, el presiente del Gobierno regional, que tiene su sede en Garowe, unos 400 kilómetros al sur de Bosaso, donde se quedará hasta que se resuelva el caso, según prometió a los diplomáticos.
La piratería y el secuestro como negocio
Los secuestros y las acciones de piratería en las aguas de Puntlandia son la principal fuente de ingresos irregulares en esa zona del Somalia.
El 16 de diciembre fue secuestrado también en Bosaso el cámara francés Gwen Le Gouil, por cuya liberación sus captores pidieron un rescate de unos 100.000 dólares.
El periodista fue puesto en libertad el 24 de diciembre, sin que se haya confirmado si se abonó el dinero requerido.
En declaraciones a los periodistas en Bosaso, Musse señaló que había exigió la puesta en libertad de las rehenes, pero los secuestradores se negaron a ello y, de momento, persisten en demandar los 250.000 dólares pedidos inicialmente.
En otras declaraciones difundidas por el Gobierno regional, Musse destacó el trabajo que realizaban las dos miembros del equipo de MSF en Bosaso.
"Estas dos mujeres estaban ayudando a los jóvenes, a los desplazados y a otras personas vulnerables que vivían entre nosotros, y estaban haciendo un gran trabajo", afirmó el gobernante.
Hasta hoy, la policía se ha negado a que organizaciones humanitarias presten asistencia a las dos rehenes.
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