Este artículo se publicó hace 14 años.
Seguimiento masivo de la huelga general en Portugal
Los sindicatos señalan que tres de los cuatro millones de trabajadores han secundado el paro
La huelga general en Portugal, la primera en 20 años, ha sido todo un éxito. Según los dos grandes sindicatos del país, tres de los cuatro millones de trabajadores portugueses han secundado el paro en protesta por las medidas contra la crisis del Ejecutivo.
En una rueda de prensa conjunta, los líderes de la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista) y la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista) se declararon muy satisfechos por el éxito de convocatoria y la fuerza que les da para reclamar mejoras sociales y un cambio de política económica.
Por su parte, el Gobierno ha restado importancia al impacto de la protesta aduciendo que ha tenido escasa incidencia en el sector privado. Sin embargo, el secretario general de la CGTP, Manuel Carvalho da Silva, subrayó que no hubo transporte, ni actividad en los puertos, aeropuertos o tribunales y apenas funcionó la enseñanza, el sector público y los servicios municipales.
El secretario de Estado de la Administración Pública, Gonçalo Castilho, calculó que sólo el 20% de los funcionarios estatales se sumaron al paro y la ministra de Trabajo de Portugal, Helena André, aseguró que el consumo nacional de electricidad fue el habitual. Carvalho da Silva respondió que sólo con "trampas" puede negarse la ausencia de trenes, la inactividad de la fábrica de Volkswagen -la mayor del país con 9.000 trabajadores- o la inactividad de los astilleros del norte luso, que puso como ejemplo de la paralización laboral de la jornada.
Giro en la política socialAsimismo, Joao Proença, secretario general de UGT señaló que "es la mayor huelga de la historia, mayor que la de 1988", al comparar esta protesta con el paro general de hace 22 años, el último convocado de forma conjunta por los dos sindicatos mayoritarios hasta el día de hoy. Además, aseguró que la decisión de los trabajadores de secundar el paro se explica por su rechazo a las medidas anticrisis del Ejecutivo, entre ellas "los recortes salariales, la congelación de las pensiones y las rebajas sociales".
Los sindicatos ven "inaceptable" que con la crisis se cuestionen derechos
Tanto el dirigente de la UGT como el de la CGTP instaron al Gobierno a reunirse con los sindicatos para negociar un giro en la política social y económica y consideraron "inaceptable" que con la crisis se cuestionen derechos como la negociación colectiva, los aumentos salariales o los subsidios sociales.
La adhesión al paro también fue saludada por el mayor partido de la izquierda marxista lusa, el Bloco de Esquerda (BE), cuarta fuerza del Parlamento con 16 diputados, cuyo líder, Francisco Louça, recalcó el "enorme éxito" de la convocatoria. En su opinión, el respaldo de la población a la huelga tendrá "consecuencias políticas" y refleja que ni Sócrates ni el líder de la oposición, Pedro Passos Coelho, presidente del Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha), "representan al país".
En esta misma línea se manifestó también Jerónimo de Sousa, secretario general del Partido Comunista de Portugal (PCP), quinta fuerza del Parlamento con 13 diputados, que calificó la huelga de "declaración de guerra a la clase política". El dirigente del PCP señaló que el paro es una muestra del descontento de la población ante la situación del país, que es "peor" hoy que en 1988.
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