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Seis partidos llegan a un acuerdo para formar Gobierno en Bélgica

Los nacionalistas flamencos rechazan el pacto

DANIEL BASTEIRO

Los ciudadanos belgas se habían resignado a vivir su día a día sin un Gobierno de plenos poderes, pero el periodo de interinidad que ayer cumplió 487 días está a punto de llegar a su fin. Elio di Rupo, el líder de los socialistas francófonos y encargado de formar un nuevo Ejecutivo, anunció ayer un acuerdo para formar un nuevo Gabinete que estará compuesto por seis partidos.

Los socialistas, democristianos y liberales, tanto en su versión francófona como flamenca, serán los encargados de formarlo para enfrentarse 'con urgencia' a los retos 'internacionales, financieros y sociales', según un comunicado emitido por Di Rupo.

La composición del nuevo Gobierno podría ser anunciada hoy, cuando las seis formaciones se reunirán para ultimar el reparto de carteras. El acuerdo no está exento de polémica, ya que margina a los verdes (francófonos y flamencos) que habían sido una pieza clave en las negociaciones sobre la reforma institucional.

La presencia de los verdes flamencos fue vetada por los liberales y democristianos de esa región, que ven en los ecologistas una amenaza para la estabilidad del nuevo Ejecutivo y su política económica. Como consecuencia, su formación hermana de habla francófona decidió abandonar la coalición. Según la prensa belga, el principal responsable fue Alexander de Croe, el líder de los liberales que ya provocó el estallido del anterior Gobierno.

Los verdes no son la única ausencia del nuevo Ejecutivo belga, que históricamente se ha sostenido con amplias coaliciones. El principal partido de Flandes y del Parlamento federal en número de escaños también se queda fuera, en este caso por decisión propia.

Tras meses de tira y alfoja, la Nueva Alianza Flamenca, dirigida por el separatista Bart de Wever, renunció a participar en la reforma del Estado por considerarla insuficiente. Ayer, De Wever recordó que el nuevo Gobierno será apoyado por el 80% de los diputados francófonos, pero sólo por el 49% de los flamencos. Según De Weverse marginará a 'la mayoría en este país', la que 'paga la mayor parte de los impuestos'.

El nuevo Gobierno deberá hacer frente a una drástica reducción de la deuda, situada en el 100% de su PIB, 20 puntos más que la media europea. Bélgica espera ahorrar 15.000 millones hasta 2015 al tiempo que sostiene a entidades financieras como Dexia, rescatada esta semana por segunda vez desde que comenzase la crisis.

El presupuesto de 2012 es la tarea más urgente. Pero el nuevo Ejecutivo deberá aplicar el acuerdo institucional que separa a flamencos y francófonos un poco más, con el objetivo de seguir viviendo en el mismo país.

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