Este artículo se publicó hace 12 años.
Seúl ofrece ayuda a Kim si renuncia al arma atómica
El líder surcoreano abre una "ventana" y habla de "punto de inflexión"
El presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, prometió ayer en su discurso de Año Nuevo que Seúl abrirá una "ventana" a la mejora de las relaciones con la nueva Corea del Norte de Kim Jong-un.
Lee expresó la esperanza de que este año marque "un punto de inflexión" en la resolución de las ambiciones nucleares del vecino del Norte, mediante la reanudación de las conversaciones a seis bandas entre las dos Coreas, EEUU, China, Rusia y Japón, estancadas desde 2008. El dirigente surcoreano recomendó al sucesor del fallecido dictador Kim Jong-il que aproveche la oportunidad que representa su ascenso al poder y reabra el diálogo. A cambio de la desnuclearización, Lee ofreció ayuda a Kim con la depauperada economía norcoreana.
El régimen pide a los norcoreanos ser "escudos humanos" para el sucesor
Según un reciente informe de la ONU, Corea del Norte que padece déficit alimentario crónico necesitará en 2012 ayuda para alimentar a tres millones de sus 24 millones de habitantes, una octava parte de su población.
El propio régimen norcoreano reconoció este 1 de enero que la malnutrición es un "tema candente" en el país. En el tradicional editorial de Año Nuevo de 5.000 palabras,los tres principales diarios estatales pidieron al pueblo norcoreano respaldar al nuevo líder y servirle hasta la muerte, si es preciso, como "escudos humanos", mientras él trabaja para resolver el problema "caliente" de la comida.
El mensaje continuista de Pyongyang, apelando a la fidelidad incondicional al hijo del desaparecido Kim Jong-il, destiló el fuerte tono militar característico de la dictadura norcoreana y sirvió para dar la bienvenida a Kim Jong-un, ya consolidado en el poder tras ser proclamado comandante supremo de las Fuerzas Armadas.
Pyongyang admite que la carencia alimentaria es un "tema candente"
Pese a la mano tendida a la distensión, también la retórica de Seúl mantuvo el pulso. Lee Myung-bak aseguró que responderá con contundencia a posibles agresiones, en clara referencia al ataque contra el buque Cheonan y el bombardeo de la isla de Yeonpyeong en 2010. Seúl culpa a Pyongyang de ambos sucesos, que dejaron 50 muertos en las filas surcoreanas y a finales de 2010 provocaron una de las mayores escaladas de tensión en años.
Un año después, los discursos oficiales reflejan el estado de las relaciones entre las dos Coreas, que se encuentran en un punto clave tras el cambio de poder provocado por la muerte, el pasado 17 de diciembre, de Kim Jong-il.
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