La socialdemocracia europea ve tambalearse su buque insignia a un mes de las elecciones
Pedro Sánchez es el líder más fuerte de la socialdemocracia europea, que asumen las riendas de seis de los 27 Estados miembros.
María G. Zornoza
Bruselas-Actualizado a
El huracán de la política española deja ya muchas réplicas en la capital comunitaria. Pocos se atreven a reaccionar o a valorar las implicaciones que deja la carta de Pedro Sánchez a la ciudadanía anunciando un parón de cinco días para reflexionar sobre su futuro.
El melodrama de Madrid es la gran comidilla de estos días en los pasillos de poder de Bruselas, donde reconocen mucha "sorpresa". Por lo pronto, un hipotético paso atrás de Sánchez se traduciría en una bofetada para la segunda familia más importante del Parlamento Europeo cuando resta poco más de un mes para una de las elecciones más importantes de su historia.
Dimisión, elecciones, cuestión de confianza o campaña para poner rumbo a Bruselas. Todo son conjeturas sobre cuál será el siguiente paso de Sánchez. Entre sus virtudes guarda la carta de esconder a sus rivales su próximo movimiento. Y siempre es capaz de sorprender. Probablemente la última opción es la más remota. Pero la primera, la de dejar el cargo, supondría un jarro de agua fría para la socialdemocracia europea, que no atraviesa su mejor momento de forma.
Hace cinco meses, el ex primer ministro portugués António Costa, pareja de baile del español con el que formó un gran tándem ibérico, anunció su dimisión dando lugar a un nuevo gobierno liderado por el conservador Luís Montenegro. De los 27 Estados miembros, solo cinco, además de España, están en manos socialistas.
El gran bastión es la Alemania que lidera Olaf Scholz, pero su gobierno tripartito está debilitado, titubea en muchas ocasiones en la toma de decisiones europea con vaivenes desconcertantes y cuenta con índices de popularidad muy bajos entre su ciudadanía.
El CIS prevé un empate técnico entre el PP y el PSOE en las elecciones europeas
La Dinamarca de Mette Frederiksen está adoptando políticas cada vez más conservadoras, como muestra su intención de deportar a solicitantes de asilo a Ruanda. En Eslovaquia, el prorruso Robert Fico ha sido suspendido de la familia de la rosa por su populismo. Robert Abela gobierna en la pequeña Malta sin hacer demasiado ruido. Y en Rumanía, el primer ministro Ion-Marcel Ciolacu ni siquiera viene a las cumbres europeas, ya que lo hace el presidente del país, Klaus Iohannis.
La familia de la rosa está acusando una falta de liderazgos fuertes y la marcha de Sánchez consolidaría esta tendencia a pocas semanas de unos comicios cruciales.
El CIS prevé un empate técnico entre el PP y el PSOE en las elecciones europeas que se celebran entre el 6 y el 9 de junio. A nivel global, el Partido Popular Europeo volverá a revalidar su puesto como principal familia del Hemiciclo. Se espera que Los Verdes y Liberales sufran con peores resultados y también un ascenso de las fuerzas populistas y ultraderechistas.
"El acoso al presidente del Gobierno de España y a su familia es intolerable"
Por primera vez, la coalición histórica que ha imperado durante décadas entre las dos principales familias está en peligro. Y los socialdemócratas, liderados por la española Iratxe García Pérez, afean con frecuencia a los de Manfred Weber sus coqueteos con las fuerzas ultra.
"La estrategia de la derecha y de la extrema derecha es deshumanizar a sus oponentes a cualquier precio. El acoso, tanto personal como político, al presidente del Gobierno de España y a su familia es intolerable. Las mentiras, las calumnias y los discursos de odio no tienen cabida en el debate democrático. No ganarán la batalla. Estamos contigo Pedro".
Así ha sido la reacción del grupo de los Socialdemócratas en la Eurocámara al anuncio del inquilino de La Moncloa, que se ha dado un tiempo de reflexión después de que la organización de ultraderecha Manos Limpias llevase a los juzgados a la esposa del presidente.
"La denuncia se basa en supuestas informaciones de una constelación de cabeceras ultraconservadoras [...] Subrayo lo de supuestas informaciones porque, tras su publicación, hemos ido desmintiendo las falsedades vertidas al tiempo que Begoña ha emprendido acciones legales para que esos mismos digitales rectifiquen lo que, sostenemos, son informaciones espurias", apunta en la misiva, publicada en las redes el miércoles por la tarde, que desató enorme sorpresa y shock tanto en Bruselas como en Madrid.
Mes y medio para las europeas
La Comisión Europea ha evitado emitir cualquier valoración pública escudándose en su política sacrosanta de no hacer ningún comentario sobre cuestiones de política interna de los Estados miembros. Sin embargo, entre bastidores, fuentes comunitarias reconocen que el anuncio se recibió con "mucha, mucha sorpresa".
Las mismas aseguran que siguen con mucha expectación los acontecimientos en el país y la decisión que Sánchez pronunciará el lunes. En los pisos del Berlaymont están curados de espanto y muy acostumbrados a lidiar con sustos, sorpresas, dramas, gobiernos en funciones casi perpetuos o elecciones en bucle en los Estados miembros. Por ello, revitalizan el impacto de los presentes acontecimientos en el sur.
Pero el movimiento de Sánchez llega en un momento de especial relevancia para la UE. Queda un mes y medio para que más de 400 millones de ciudadanos estén llamados a las urnas para elegir a los que serán sus representantes en el Parlamento Europeo.
Sánchez es más popular y querido en Bruselas que en Madrid
Se abre así el gran periodo de especulaciones, rumores y quinielas en torno a quiénes serán los grandes elegidos para ocupar alguno de los cinco puestos de peso, los designados en la jerga bruselense como top jobs: presidentes del Consejo Europeo, Parlamento, Comisión, Banco Central Europeo y Alto Representante para Asuntos Exteriores.
El nombre de Sánchez siempre ha estado en la terna. Su proyección internacional ha sido uno de sus grandes activos. El portal Politico, uno de los medios más seguidos sobre asuntos europeos, analiza este jueves que Sánchez es más popular y querido en Bruselas que en Madrid.
Se llegó a airear que estaba sobre la mesa para sustituir a Jens Stoltenberg al frente de la OTAN. Pero él mismo lo desmintió. Y España ha dado su apoyo a la candidatura del neerlandés Mark Rutte. La decisión debería cerrarse en la cumbre que los 32 miembros de la Alianza celebran en julio en Washington.
Los socialdemócratas afrontan el juego de sillas del gigante europeo huérfanos de candidatos que entusiasmen. Su candidato para liderar la Comisión Europea es Nicolas Schmit, comisario de Empleo y Asuntos Sociales, luxemburgués y de perfil bajo.
Esta apuesta es una declaración de atenciones: no parecen dispuestos a presentar una batalla real a la candidata de los populares, la actual presidenta Ursula von der Leyen. Su jugada más previsible era la de intentar colocar a António Costa al frente del Consejo Europeo, una estrategia que cayó en desgracia por la renuncia del luso.
El del Consejo, ahora en manos del belga Charles Michel, será, previsiblemente, el gran sillón que van a pelear. El nombre de Pedro Sánchez siempre ha sobrevolado para ese puesto. Sin embargo, no es tarea fácil.
Primero habría que asumir que el propio inquilino de La Moncloa esté dispuesto a hacer las maletas rumbo a Bruselas. Y, por otro lado, su nombramiento es muy volátil. Debe rubricarse por unanimidad y el español gusta en algunas capitales, pero no tanto en otras.
No es tan candidato de consenso como lo era su vecino ibérico. Además, esta decisión responde a una cuadratura que cada comienzo de legislatura debe aglutinar sensibilidades políticas, de género y geográficas para los cinco líderes de las instituciones europeas.
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