Este artículo se publicó hace 12 años.
El sur de Europa se alza en el corazón de la City de Londres
El movimiento 15-M también se ha extendido a Londres. De hecho, nació el mismo día que en España, aquel 15 de mayo de 2011 cuando apenas una treintena de personas se concentró en el consulado español de la capital británica para ir después a la puerta de la embajada y reclamar lo que se vino a llamar una democracia real. Ha pasado un año y medio y el movimiento, aun con ciertos altibajos a sus espaldas, vive un repunte de actividad, como se evidenció hace apenas un mes con las protestas en la London School of Economics durante la conferencia impartida por el ministro español de economía, Luis de Guindos, o la masiva manifestación de Londres el pasado 20 de octubre, asociándose para ello con sus compañeros portugueses, irlandeses, italianos y griegos (PIIGS).
Este lunes, con motivo del banquete anual de Lord Mayor, el máximo responsable de la City de Londres, casi un centenar de PIIGS han vuelto a manifestarse a las puertas de esta recepción, a la que acuden cada año el primer ministro, David Cameron; el alcalde de Londres, Boris Johnson, o el todavía arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, antes de ser reemplazado por el ex ejecutivo del petróleo Justin Welby.
Los PIIGS dieron la bienvenida al nuevo Lord Mayor con una cacerolada
Con el lema El banquete de la plebe y los PIIGS contra el banquete de Lord Mayor, los activistas de más de una veintena de colectivos han dando su particular bienvenida con una cacerolada al recién nombrado Lord Mayor, Roger Gifford, que no parece empezar su mandato -por el que no se recibe remuneración alguna- con el mejor de los pies, después de que el pasado fin de semana, durante su desfile anual, una de las ruedas de su carruaje dorado del siglo XVIII fallara y tuviera que realizar el recorrido en Land Rover.
Gifford es un gran defensor de la banca, no en vano se trata del primer Lord Mayor desde que estallara la crisis en 2007 con un pasado estrechamente ligado a las finanzas -trabajó para el banco suizo SEB- , "lo que le hace cómplice responsable de lo que sufre la gente con la austeridad", critica Alexandra, la joven portuguesa que prepara una de las pancartas del acto. Ella considera "insultante, incluso racista, que hayan acuñado el término PIIGS para referirse a nosotros [‘cerdos' en inglés, forzando el juego de palabras]" y, precisamente con Angela Merkel de visita en Portugal se refiere a ella como "la canciller de Alemania, no de Portugal, ni España, ni Grecia ni Europa".
Junto a Alexandra, escenificando un banquete de ricos que pisotean a pobres en referencia a lo que se oculta tras los muros del Guildhall de la City, hay italianos, griegos, irlandeses e, incluso, ingleses que muestran su solidaridad. Es el caso de Tammy Samede, la que fuera una de las defensoras de Occupy London durante el juicio por el campamento de St. Paul's y que califica de "vomitivo" el banquete de Lord Mayor; o Les, un londinense de mediana edad que asegura sentir "cierta frustración porque la solidaridad con el resto de Europa aún no ha calado lo suficiente en la sociedad inglesa".
Nacho, por su parte, es uno de los españoles movilizados en la protesta, extraordinariamente involucrado con los diferentes movimientos de activismo social que luchan contra las políticas de austeridad emprendidas por los diferentes Gobiernos. "El banquete de Lord Mayor es una manera muy transparente de restregarnos por la cara la vinculación de los poderes económicos y políticos, mientras aquí fuera la gente se está suicidando", señala el activista español. "Esto no es un problema nacional, sino de clases", concluye, "y por eso hoy estamos aquí juntos todos estos países".
Víctimas del capitalEste banquete de plebeyos no es la primera acción conjunta de los PIIGS. El pasado 20 de octubre, durante la masiva manifestación de Londres convocada por el principal sindicato TUC, los activistas del sur de Europa ya unieron sus fuerzas y en un comunicado conjunto inédito. Considerándose "víctimas del capital", denunciaron cómo al llegar a Reino Unido huyendo de sus propios países por necesidad, ante el "caos causado por la austeridad", se encontraron la misma lógica: los mismos "Gobiernos marionetas en manos de las grandes empresas".
"No es un problema nacional, sino de clases", sentencia un indignado
"Hace poco coincidimos varios griegos, irlandeses e italianos y, hablando de todo lo que estaba sucediendo en nuestros países decidimos actuar", explica Carlos, un ingeniero industrial de 26 años que formó parte de la fundación del 15-M en Londres hace más de un año y medio. La relación con los activistas portugueses, por su parte, viene de lejos, pues ya han compartido pancartas y concentraciones en numerosas ocasiones.
Aquel manifiesto conjunto llamaba a la unión de estos países, "no cómo una declaración de orgullo nacional, sino como un reconocimiento de que la opresión no atiende a fronteras nacionales". "Nuestros enemigos nos unieron con un insulto. Vamos a tomarlo como una llamada de atención. Dejemos ahora que recojan las tormentas que han sembrado", concluía el documento.
Carlos es un buen ejemplo de los españoles que conforman el 15-M London, como se autodenomina el movimiento en Londres. Este manchego terminó la carrera hace unos dos años y ante las perspectivas que ya había entonces de desempleo en España no lo dudó, hizo las maletas y se lanzó a la aventura en Reino Unido. Muchos meses complicados, compaginando su trabajo en una tienda con un master en energías renovables y, desde mayo del año pasado, con el 15-M. "Es muy difícil hacer frente a todo", relata Carlos, "recuerdo la primera semana, que me pilló en exámenes, que pasé dos noches enteras sin dormir". Desde septiembre del año pasado consiguió, al fin, trabajar como ingeniero en la ciudad.
Los indignados londinenses cuentan con más de 5.000 seguidores
El compromiso de quienes componen el 15-M londinense se basa, como señala el manchego, en "la conciencia, en la responsabilidad de que no podemos quedarnos quietos ante lo que está sucediendo". Carlos es rotundo al lanzar el mensaje de que "nos hemos ido de España, pero no nos olvidamos, y eso lo nota la gente que nos escribe, nos mandamos ánimos mutuamente". Así lo demuestran los más de 5.700 seguidores que tiene el grupo en Facebook, que se ha convertido en una herramienta vital para mantener el contacto y seguir sus convocatorias.
El núcleo duro del 15-M en Londres podría decirse que está conformado por unas 10 o 15 personas, no siempre las mismas, pues como apunta el activista, "van rotando, porque Londres te consume tanto que bastante tienes con sobrevivir". A pesar de esas dificultades, ese núcleo siempre se mantiene activo, movilizando al resto del grupo con un lema basado en la dicotomía destrucción/construcción: "tenemos que evitar que los Gobiernos destruyan nuestro futuro y, al mismo tiempo, plantear nuestras alternativas para construir uno mejor".
Crear conciencia solidariaInternet y las redes sociales son la principal herramienta de comunicación del movimiento, en contacto permanente con Occupy London y, por supuesto, con el 15-M en España. "Hay muchos españoles que arrancaron el 15-M aquí en Londres y ahora están en España, y a la inversa", explica Carlos, "por lo que tenemos un contacto diario, reactivándonos mucho cuando allí se producen convocatorias como la última del 25-S". Además, destaca el ingeniero, "cuanta más represión policial vemos, más se reactiva el movimiento, levantando a la gente a golpe de porra, y en las siguientes convocatorias acude muchísima más gente".
La celebración de asambleas ha ido evolucionando, evolucionando desde la misma calle, enfrente de la embajada de España, "pasando mucho frío y mojándonos", a St. Paul's, el Bank of Ideas de Occupy London, parques o el Royal Festival Hall, a orillas del Támesis. Ahora, además, cuentan con un nuevo espacio con la apertura del Cuts Cafe (Café de los Recortes), un espacio ocupado en un local abandonado y que acaba de abrir en pleno centro de Londres, muy cerca de la estación de Waterloo.
El 15-M londinense ha abierto el 'Café de los recortes'
Se trata de un nuevo punto de encuentro internacional, porque allí acuden desde españoles, ingleses, griegos, etc. y comparten experiencias, preparan nuevos proyectos y, en definitiva, según describe Carlos, se derrocha solidaridad. Un local que promueve el trabajo comunitario contra los recortes y que agrupa a estudiantes, grupos autónomos y sindicatos en pro de, como reza su propia definición, "construir democrática y colectivamente alternativas positivas con las que hacer frente a las políticas que como de costumbre nos son impuestas".
El 15-M London se mueve aferrándose a la idea de que "no se trata de una causa perdida, tenemos que crear conciencia y que la gente participe realmente en la democracia, no sólo una vez cada cuatro años; ese es el cambio que se necesita", expone el activista. "Somos más que un grupo aquí en Londres, somos una pequeña familia; si en España son 50.000 o 100.000, nosotros seremos 50, pero decididos a que la crisis la paguen los verdaderos responsables, comprometidos con nuestra responsabilidad de que no se pierda esta generación", concluye.
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