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El último suspiro

El dictador invoca a Al Qaeda en un guiño a sus aliados 'neocon'

ERNESTO EKAIZER

Muy cerca del último suspiro, Gadafi ha hecho un burdo intento de presentar a Al Qaeda como responsable de la insurrección nacional que avanza en Libia. La única relación de Osama Bin Laden con las 'masas', por así decir, consiste en perpetrar barbaries masivas contra ellas como el 11-S, en EEUU, o alentar a sus franquicias a hacerlo, como fue el caso del 11-M en España, para tomar sólo dos ejemplos.

Gadafi, desesperado, apela a la excusa de los terroristas, como tantas veces ha hecho la Administración Bush al recortar el estado de derecho, para justificar el baño de sangre de los últimos diez días y, sobre todo, el que prepara en Trípoli para las últimas horas.

Pero la apelación a Al Qaeda tiene su miga. Porque precisamente han sido los más fervientes promotores de la guerra de Irak los que han reintegrado a Gadafi a la 'comunidad internacional' desde 2003. Y no sólo eso. Son los que han realizado importantes negocios con un Gadafi dispuesto a comprar su rehabilitación.

Y hemos mencionado ya el silencio de Tony Blair, asiduo visitante de Gadafi desde que dejó, en 2007, su cargo de primer ministro del Reino Unido.

También la aparente indiferencia de José María Aznar, muy dispuesto a disparar contra aquello que se aparezca en el horizonte, siendo que ha mantenido en los últimos años relaciones privadas con Gadafi, quien fue su anfitrión durante la visita que el dictador realizó a España en diciembre de 2007. Otros arquitectos del pensamiento neoconservador y de la guerra de Irak también han cortejado interesadamente al dictador.

El más notorio, quizá, es el caso del Príncipe de las Tinieblas, como se llama a Richard Perle, exsecretario de Estado adjunto de Defensa durante la Administración Reagan y presidente del Consejo Asesor de Políticas de Defensa de la Administración Bush entre 2001 y 2003. 'Una de las más improbables figuras que han asesorado a una empresa que trabajó para sacar brillo a la imagen de Libia es el destacado neoconservador Richard Perle, quien viajó a Libia dos veces en 2006 para reunirse con Gadafi, sobre lo cual informó al exvicepresidente Dick Cheney, de acuerdo con un grupo de oposición libio', escribe Laura Rozen en la publicación Político.

Los defensores de invadir Irak son los que rehabilitaron a Gadafi desde 2003El propósito de los viajes, según el Grupo Monitor, firma para la que Perle trabaja desde 2006, fue el de 'pulir' la imagen de Libia y Gadafi.

Si se hace una correlación entre esta actividad y las relaciones entre EEUU y Libia en aquella época, todo queda más claro.

George Bush y Tony Blair, tras la visita oficial de Aznar a Libia en septiembre de 2003, anunciaron en diciembre de dicho año que Gadafi había aceptado dejar de fabricar armas de destrucción masiva.

En los tres años siguientes, las relaciones entre EEUU y Libia se consolidaban. El 15 de mayo de 2006, la entonces secretaria de Estado, Condoleezza Rice anunció que EEUU restablecería relaciones diplomáticas completas con Libia.

Y el 31 de mayo de dicho año, la oficina de enlaces respectivas en Trípoli y Washington se convertían en embajadas formales. Un mes más tarde, el 30 de junio de 2006, la Administración Bush abandonaba su definición de Libia como Estado patrocinador del terrorismo.

Por tanto, cuando Gadafi invoca a Al Qaeda se está dirigiendo a sus aliados.

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