La artillería y los tanques sirios reanudaron este martes los bombardeos sobre el barrio de Baba Amro en Homs con mayor intensidad que los días pasados. Según activistas de la oposición, hubo momentos en los que caían más de dos bombas por minuto y el número de muertos se elevó al menos a siete.

Los activistas sostienen que la situación en el barrio es muy difícil debido también al bloqueo que sufre y al elevado número de heridos. En toda Siria hubo no menos de 35 muertos durante una nueva jornada de protestas contra el régimen.

Mientras tanto, el primer ministro chino, Wen Jiabao, aclaró que su país no tiene la intención de 'proteger a ninguna parte' en el conflicto, 'incluido el Gobierno de Siria'. Hace diez días China vetó junto con Rusia una resolución en el Consejo de Seguridad que podría haber abierto el camino para una intervención directa de Occidente, temiendo que se repitiera una intervención similar a la de la OTAN en Libia del año pasado.

'Lo más urgente y perentorio ahora es evitar una guerra y el caos, de manera que el pueblo sirio se vea libre de un sufrimiento mayor', dijo Wen. 'Esto es conforme con los intereses fundamentales del pueblo sirio y también contribuirá a la paz y a la estabilidad de toda la región de Oriente Próximo', añadió.

Informaciones procedentes de Irak indican que está floreciendo un contrabando de armas en dirección a Siria que realizan suníes de ambos países. Otros datos apuntan a que en Siria también están entrando combatientes suníes que hasta ahora luchaban en Irak, incluidos milicianos de Al Qaeda de Mesopotamia. En diciembre el Gobierno de Damasco acusó a Al Qaeda de sendos atentados suicidas contra edificios militares en la capital siria. Otro punto permeable a las armas y a los combatientes es Líbano, cuya frontera norte se encuentra a apenas unos kilómetros de Homs.