Las fuerzas de seguridad sirias vuelven a estar en entredicho por la brutalidad que emplean para reprimir a los opositores al régimen de Bachar al Asad. El cuerpo sin vida de Thamer al-Sahri, un niño de 15 años, fue devuelto ayer a su familia en la localidad de Jeeza para que celebraran un funeral, después de permanecer seis semanas desaparecido.

El cadáver de Thamer tenía los mismos signos de tortura que su amigo Hamza al Jatib, de 13 años, que apareció muerto el pasado 25 de mayo. Le faltaba un ojo, tenía varias heridas de bala, cortes, quemaduras por todo el cuerpo y el cuello y una pierna rota.

La cadena qatarí Al Yazira emitió esta mañana un vídeo en el que se aprecian los malos tratos que sufrio el pequeño, detenido el mismo día junto a Hamza y de cuyo asesinato el régimen no se hace responsable.

La grabacion aparece justo el día en que Reino Unido y Francia han presentado a Naciones Unidas el borrador de una resolución que condene la represión del régimen, algo que hasta ahora el Consejo de Seguridad ha evitado hacer.

Esta mañana, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, instó a las autoridades sirias a 'poner fin a ese asalto contra los derechos más fundamentales de su propio pueblo'.

Asimismo aseguró estar recibiendo 'un número cada vez mayor de informaciones alarmantes que apuntan a que el Gobierno sirio sigue tomando todo tipo de medidas para aplastar las protestas civiles. Es extremadamente deplorable que un gobierno trate de reprimir a su población y de someterla usando tanques, artillería y francotiadores' dijo Pillay, según recoge la agencia EFE.

Hoy se ha sabido también que un millar de sirios han llegado ya a Turquía huyendo del conflicto, fenómeno que como en el caso de Libia, puede ser el inicio de una crisis humanitaria.