Este artículo se publicó hace 13 años.
Tokio agota el agua embotellada por temor a la radiación
El miedo a la contaminación radiactiva y el aviso del Gobierno de no dar agua corriente a los menores de un año provoca la desaparición casi total de las reservas
El anuncio del Gobierno japonés de la existencia de niveles yodo radiactivo muy superiores a los aconsejables en el agua de Tokio, unido a las precauciones de la población tras el tsunami y la alerta radiactiva, ha conllevado que las reservas de agua embotellada en la capital se hayan agotado.
Aunque el Ejecutivo ha asegurado que estos índices no suponen un daño directo para los bebés (aunque superarba el doble de lo recomendable para los menores de un año) y su inocuidad para los adultos, los ciudadanos de Tokio se han lanzado a las calles para hacer acopio de agua embotellada y han terminando con la mayoría de las existencias de este bien en la ciudad.
Ante la previsión del aumento de la demanda, las autoridades han repartido a cada uno de los cerca de 80.000 bebés que hay en Tokio, y en cinco ciudades cercanas, 3 botellas de 550 mililitros, sumando más de 240.000 botellas entregadas durante la jornada previa.
Tras el terremoto y el tsunami el agua se había convertido en un bien escaso, pero después del anuncio de este miércoles y el temor a la contaminación radiactiva, las botellas desaparecieron casi totalmente de los estantes de los comercios tokiotas. Ahora, la preocupación de que la falta de agua embotellada se agrave en una zona metropolitana con más de 30 millones de habitantes, ha llevado al Gobierno a pedir a las empresas embotelladoras que aumenten su producción y a plantearse la opción de importar agua del extranjero.
En este contexto, la atención está puesta en la planta depuradora de Kanamachi, donde el agua registró el martes una concentración de yodo radiactivo (el isotopo I-131) de 210 becquerel por kilo, superior al valor 100 recomendado para bebés, pero por debajo de los 300 becquerel para adultos.
La alcaldía de Tokio ha indicado este jueves que el contenido de yodo en esa planta ha caído durante dos días hasta los 79 becquerel. No obstante, la preocupación por las repercusiones de las filtraciones radiactivas en la central nuclear de Fukushima Daiichi, afectada gravemente por el terremoto y tsunami de hace trece días, no han cesado pese a los llamamientos a la calma de la autoridades.
Aunque la planta nuclear se encuentra a unos 250 kilómetros al norte de Tokio y su zona metropolitana, la contaminación radiactiva ha aumentado por encima del nivel recomendado para niños en las aguas de depuradoras de Saitama y Chiba, en las cercanías. Mientras tanto, la nube tóxica procedente de Fukushima que sobrevuela Norteamérica, se acerca a Europa sin riesgo para la salud, según ha asegurado el Instituto Francés de Radioprotección y de Seguridad Nuclear.
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