Este artículo se publicó hace 14 años.
"Tratan de hacer callar nuestras voces"
Claudia Samayoa. Coordinadora de la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos
"El derecho a defender los derechos humanos en Guatemala es un asunto de mucho riesgo. Es así especialmente desde el año 2000, cuando el crimen organizado regresa al país".
"Las defensoras tenían niveles bajos de violencia hasta que logran tener respuestas por parte del Estado. Con la unidad de acción en materia de feminicidio, esos números empiezan a aumentar".
"En 2005, se dio en el país una gran alianza entre grupos al margen de barreras ideológicas que llevó posteriormente a la aprobación de la ley. Ese año, vemos un primer pico importante en el aumento de la violencia contra las defensoras de los derechos de las mujeres, con 29 agresiones contra ellas. El aumento de ataques a defensoras ha continuado. En 2006, fueron 79 y, en 2009, llegaron a 94".
"Se ataca a defensoras de dos tipos: a las que están encarando el feminicidio y a las que están enfrentándose a los represores en el conflicto armado interno. ¿Por qué? Porque las mujeres están demandando el esclarecimiento de la violencia sexual durante el conflicto armado y estableciendo una unión, una línea de continuidad entre el conflicto y el feminicidio. Claramente nos están intentando callar la voz".
"Los ataques a defensoras son de los menos denunciados. Quienes acompañan a víctimas suelen no denunciar la violencia a la que ellas son sometidas, creen que es normal que hombres enfurecidos tras perder juicios las amenacen. Y no es normal, es una agresión más. Pero apenas se denuncia".
"El problema en Guatemala es que no hay mecanismos de protección. El Estado no reconoce aún su obligación de prevenir. Se limita a reaccionar".
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