Apenas han pasado dos semanas desde la masacre en la Escuela Primaria Robb de Uvalde (Texas), un tiroteo que acabó con la vida de 19 alumnos y dos profesoras. Con el  el país sumido en un debate sobre la posesión y uso de armas, ahora es Maryland, en el noreste de EEUU, el Estado que vuelve ha acaparar la atención de los medios por un nuevo tiroteo.

En concreto los hechos han tenido lugar en Smithsburg, una zona rural de este estado de la costa atlántica del país. Su gobernado, Larry Hogan, ha informado este jueves que tres personas han muerto en un nuevo tiroteo masivo.

En una rueda de prensa, Hogan ha explicado que se produjo una persecución policial durante la cual el sospechoso disparó a un agente en el hombro, tras lo cual recibió un balazo en la espalda.

El gobernador ha dicho desconocer si el sospechoso se encuentra con vida. Pero, en su página de Facebook, la oficina del sheriff del condado de Washington, donde se encuentra Smithsburg, ha asegurado que el sospechoso "ya no es una amenaza para la comunidad". Medios locales, por su parte, han apuntado que el tiroteo habría tenido lugar en una fábrica.

Unas horas antes, este mismo jueves, la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó a favor de una iniciativa legislativa que permite activar un procedimiento legal para confiscar armas de fuego a personas que puedan representar un peligro para otros o para ellas mismas.

La medida, que ahora deberá ser votada en el Senado, se aprobó con el apoyo de 224 congresistas –en su inmensa mayoría del Partido Demócrata– y con el voto en contra de 202 parlamentarios –prácticamente todos del Partido Republicano–.