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Discurso del Estado de la Unión Trump arremete contra Venezuela: "Es un régimen  brutal"

El presidente de Estados Unidos pronuncia un discurso del estado de la Unión en el que se reafirma en sus políticas, en un claro intento de ampliar sus apoyos para 2020. Venezuela y la inmigración fueron los dos grandes asuntos del discurso 

Donald Trump en un momento de su discurso del estado de la Unión. (DOUG MILLS | EFE)

Público | agencias

Para un presidente en perpetua campaña, el discurso de Donald Trump sobre el Estado de la Unión ante el Congreso de Estados Unidos esta pasada madrugada fue una oportunidad de ampliar su audiencia más allá de su ferviente núcleo de simpatizantes incondicionales. Dos ejes vertebraron su discurso: Venezuela y la inmigración. 

El presidente de Estados Unidos fue duro y condenó la "brutalidad del régimen" de Nicolás Maduro, quien, según Trump, ha hecho que Venezuela pase a ser "un estado de pobreza y desesperación".

Trump ratificó su reconocimiento al "Gobierno legítimo de Venezuela" y al diputado Juan Guaidó como "nuevo presidente interino" de ese país, y condenó al presidente venezolano, Nicolás Maduro, por haber llevado a esa nación a "un estado de pobreza extrema".

"Hace dos semanas, Estados Unidos reconoció oficialmente al Gobierno legítimo de Venezuela y a su nuevo presidente interino, Juan Guaidó", sostuvo Trump en su segundo discurso sobre el Estado de la Unión.

"Estamos con el pueblo venezolano en su noble búsqueda de libertad y condenamos la brutalidad del régimen de Maduro, cuyas políticas socialistas han hecho que esa nación pase de ser la más rica en Sudamérica a quedar en un estado de pobreza extrema y desesperación", añadió el mandatario.

Trump prometió, además, que "Estados Unidos nunca será un país socialista".

Buena parte de los legisladores de ambos partidos que asistían al discurso en la Cámara de Representantes de Estados Unidos se pusieron de pie al escuchar a Trump mencionar su reconocimiento a Guaidó.

Estados Unidos fue el primer país en reconocer al jefe de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) venezolana, Juan Guaidó, como presidente legítimo de Venezuela después de que se proclamara el pasado 23 de enero mandatario interino de este país tras invocar la Constitución.

Al discurso del Estado de la Unión acudió Carlos Vecchio, designado por Guaidó como encargado de negocios de Venezuela en Estados Unidos invitado por el senador Marco Rubio, quien ha influido en la política estadounidense hacia el país caribeño y en el reconocimiento de Guaidó como mandatario legítimo.

"Haré construir el muro"

El otro gran eje del discurso presidencial fue la inmigración. Trump insistió en que hará construir el muro en la frontera con México, e indicó que su Administración ha enviado al Congreso una propuesta "de sentido común" para poner fin a la "crisis" en la frontera sur.

"En el pasado, la mayoría de las personas en esta sala votaron por un muro, pero el muro adecuado nunca se construyó. Lo haré construir", sentenció Trump. 

La disputa en el Congreso por los recursos para el muro fronterizo desencadenó el cierre parcial de la Administración gubernamental, que duró 35 días y que obligó a retrasar una semana el discurso del gobernante.

Trump aseguró que, mientras hablan, "grandes caravanas" de inmigrantes marchan hacia Estados Unidos y advirtió de que ningún tema ilustra mejor la división entre la clase trabajadora y la clase política estadounidense que la "inmigración ilegal".

 Trump volvió a arremeter contra los inmigrantes ilegales y advirtió de que "año tras año innumerables estadounidenses son asesinados por extranjeros ilegales criminales". "La tolerancia para la inmigración ilegal no es compasiva, es cruel", subrayó, al tiempo que tildó de "salvaje" a la pandilla salvadoreña MS-13, de la que dijo que opera en 20 estados "y casi todos llegan" a Estados Unidos a través de la frontera sur.

Falsedades

Lo cierto es que durante su discurso, Trump incurrió en diversas falsedades, engaños o exageraciones según los Fact Check (sistemas de verificación de datos) de los medios estadounidenses.

Por ejemplo, en materia de inmigración Trump afirmó que antes de la construcción de un muro con México en la ciudad fronteriza de El Paso esta urbe de Texas se consideraba "una de las más peligrosas del país" por sus tasas de violencia "extremadamente altas". 

Lo cierto es que a diferencia de su vecina Ciudad Juárez en México, El Paso nunca ha estado entre las ciudades más peligrosas de Estados Unidos y antes de que se construyera el muro en esa zona, en 2008, figuraba, de hecho, entre las más seguras comparada con otras de su tamaño, de acuerdo con el diario The Washington Post.


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