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Tsai Ing-wen es más de girasoles que de margaritas

Se cumplen los primeros 100 días del nuevo Gobierno de Taiwán. Durante este tiempo,
la mandataria ha apostado por mantener el 'statu quo' en las relaciones con China,
pero sin renunciar a la identidad soberanista de su partido.

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La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen. - AFP

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Los primeros cien días de Tsai Ing-wen al frente de la presidencia taiwanesa se han saldado con un primer descenso por debajo del 50% en popularidad. Su formación, el Minjindang o PDP, se apresuró a moderar la significación de dicho dato argumentando que aun así está por encima de los niveles comparados de aceptación de su predecesor, Ma Ying-jeou, del rival Kuomintang, en similar periodo.

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Las acciones y gestos de Tsai abarcaron la reconciliación interna con los pueblos aborígenes, la clarificación y saneamiento de los haberes ilegales de los partidos políticos, la apuesta por un nuevo modelo de desarrollo económico y un nuevo consenso socio-laboral que incluye la reforma de las pensiones o también la formulación de la Nueva Política hacia el Sur, en un esfuerzo por ampliar las proyecciones de su propio mercado interno sin agravar la dependencia de China continental.

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Un manifestante a favor de la independencia de Taiwán ondea una bandera china agujereada en Taipei. - AFP

El substrato último de esta realidad es el hecho de que una parte considerable de taiwaneses se identifican cada vez más como tales. En pocos años, el sentimiento de doble identidad se ha esfumado y los puntos de apoyo de China continental en Taiwan flojean salvo, probablemente, en la comunidad empresarial. La colaboración KMT-PCCh y la secuencia de acuerdos a través del Estrecho de los últimos años no han permitido poner freno al aumento del sentimiento independentista. La actual lideresa del KMT, Hung Hsiu-chu, no tiene reparo en defender la condición de Taiwan como una provincia china más, pero esto conforta poco en términos prácticos aunque ayude a trasladar cierto convencimiento a la sociedad del continente.

* Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política China.

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