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Valentina Tereshkova: de trabajar en una fábrica a ser la primera mujer astronauta

Firme defensora del comunismo y de Vladímir Putin, Tereshkova ha conseguido grabar su nombre en los libros de historia y abrir las puertas del espacio al resto de mujeres, como cosmonauta y como miembro de la Duma Estatal rusa.

30/09/2023 - Valentina Tereshkova
Valentina Tereshkova durante una sesión de entrenamiento a bordo de un simulador de la nave espacial Vostok, el 17 de enero de 1964. RIA NOVOSTI / AFP

¿Cómo la celebración de un año geofísico internacional puede acabar enfrentando a dos superpotencias en una carrera fuera de los límites de la Tierra? Esta conmemoración fue la que motivó a Estados Unidos y a la Unión Soviética a competir, en plena Guerra Fría, por la exploración del cosmos.

Este enfrentamiento de ciencia y tecnología dejó muchos nombres grabados en la historia, como los de John F. Kenedy y Nikita Jrushchov y el de astronautas como Yuri Gagarin o Neil Armstrong pero, junto a ellos, Valentina Tereshkova, una joven aficionada al paracaidismo y trabajadora de una fábrica textil que logró convertirse en la primera mujer en viajar al espacio.

El Vostok 6 de Chaika (gaviota en ruso), apodo por el que se conocía a Tereshkova, inició su viaje para la historia el 16 de junio de 1963. De esta manera, la Unión Soviética sumaba otro punto en su enfrentamiento contra EEUU.

Este choque de poderío comienza en 1955, cuando se anunció que entre 1957 y 1958 se celebraría el año geofísico internacional y, dos años más tarde, el 4 de octubre de 1957, la URSS lanzó el primer satélite artificial en orbitar la Tierra, el Sputnik 1. Esta hazaña dio el pistoletazo de salida a la carrera espacial.

Fue el presidente estadounidense quien estableció la meta final. En febrero de 1962 anunció el objetivo de ir a la Luna, llevando este enfrentamiento de ciencia y tecnología a unas dimensiones épicas con el argumento de que no quería ver un espacio gobernado por "una bandera de conquista hostil, sino por un estandarte de paz y libertad".

Como señala el historiador y escritor Ricardo Artola, el ganador de la carrera es "el que llega primero a la meta, y a la meta llegó Estados Unidos, y no fue en una foto finish", refiriéndose al Apolo 8, que en 1968 logró llegar a la Luna y orbitarla diez veces antes de regresar a la Tierra. Además de aterrizar en la Luna y caminar por el satélite terrestre con la misión Apolo 11, el 20 de julio de 1969.

El escritor de La carrera espacial: Del Sputnik al Apollo 11 señala que Nikita Jrushchov, el primer secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética (1953-1964), tenía una idea muy clara del factor propagandístico de la Guerra Fría y pidió a sus científicos que lograsen hitos para mantener en alto la cuestión de la carrera.

Entre los logros de la Unión Soviética se encuentran enviar el primer satélite artificial; a la primera persona que pasa más de 24 horas en el espacio (1961); el primer vuelo doble tripulado (1962) y el conseguido por Tereshkova al ser la primera mujer en viajar al espacio.

De trabajadora textil a astronauta

Ortiz: "Tenía la capacidad de ser agradable, femenina, y venía de una familia proletaria"

La soviética fue fundamental para la historia de las mujeres astronautas porque fue la primera. "Abrió el camino a que otras pudieran llegar al espacio. Lo hizo demostrando que era tan capaz como sus colegas masculinos, en una época en la que había gente que pensaba que ellas no aguantarían como los hombres las exigencias físicas", destaca Amelia Ortiz, astrónoma en Observatorio Astronómico de la Universidad de València.

Tereshkova trabajaba en una fábrica textil y estudiaba en una escuela nocturna cuando decidió presentarse voluntaria a futura astronauta. Fue seleccionada entre un grupo de candidatas pertenecientes a clubes de paracaidistas, algo en lo que ella destacaba puesto que realizaba saltos en paracaídas desde muy temprana edad.

La elección de paracaidistas se debió a que uno de los requisitos para entrar al cuerpo de cosmonautas era ser miembro de las fuerzas aéreas de la URSS, pero las mujeres no podían formar parte de este grupo.

Pese a que algunas de las candidatas seleccionadas eran mejores que ella, el puesto parecía estar hecho para Tereshkova. Los responsables del programa soviético eran conscientes de que la persona elegida se iba a convertir en una figura relevante y de fama mundial. Para eso necesitaban a alguien con una personalidad que se hiciera de querer y resultara simpática al público.

"Tenía la capacidad de ser agradable, femenina, y venía de una familia proletaria. Su padre había muerto en la II Guerra Mundial contra Finlandia (1942), era defensora del comunismo y fue presidenta del comité juvenil del partido en su ciudad", destaca Ortiz.

La preparación a la que se enfrentaron las mujeres seleccionadas fue igual a la que realizaron los cosmonautas rusos, sometiéndose a diversas pruebas físicas. Se entrenaban con giróscopos que hacían que sufrieran aceleraciones muy altas, pruebas en cámaras de descompresión, simulaciones de vuelos espaciales largos y solitarios y confinamientos en una réplica de la nave Vostok.

Además, como cuenta Ortiz, dentro de su formación aprendieron a pilotar aviones de combate, practicaron lanzamientos en paracaídas y simularon los aterrizajes y cursos de supervivencia.

La nave que llevaría a Tereshkova a tocar las estrellas era el sexto lanzamiento del proyecto Vostok, que comenzó en abril de 1961 con el primer vuelo orbital humano, a cargo del soviético Yuri Gagarin. Se trataba de una cabina esférica montada sobre un módulo que contenía el sistema de motor que impulsaba a la nave al espacio.

El vuelo de la gaviota

Su nave no estaba bien orientada, lo que suponía que, al encender los motores para regresar a la Tierra, se iba a alejar

El lanzamiento del Vostok 6 no tuvo ningún problema y la cosmonauta lo aguantó perfectamente. Una vez en órbita, su imagen fue emitida en el canal estatal de la televisión soviética y habló por radio con Nikita Jrushchov.

Se trató de un vuelo en conjunto con otro cosmonauta, Valeri Bykovski, que tripulaba el Vostok 5. Las dos cápsulas estaban al mismo tiempo en el espacio y se encontraban varias veces por día a menos de cinco kilómetros, lo que les permitía comunicarse por radio y hacerse compañía.

El viaje de ambos astronautas permitió realizar un estudio comparado de cómo el organismo del hombre y el de la mujer reaccionaban al viaje. Además, durante el vuelo realizó experimentos y tomó fotografías de la Tierra, gracias a las cuales se descubrió la presencia de aerosoles en la atmósfera terrestre. Esta fue quizás una de las mayores contribuciones científicas de su viaje.

El principal problema que tuvo Tereshkova fue que su nave no estaba bien orientada, lo que suponía que, al encender los motores para regresar a la Tierra, en lugar de acercarse se iba a alejar. Pero pudo solucionar el problema y, tras 48 vueltas al globo y más de 70 horas de vuelo (en principio se trataba de una misión de dos días), pudo abandonar la nave aterrizando en la ciudad de Karaganda, en Kazajistán.

El programa Vostok se canceló después de los viajes de Tereshkova y Bykovski y con él finalizó la carrera espacial de la joven rusa. Según Ortiz, "Serguéi Pávlovich Korolev - considerado el padre del programa espacial soviético - decidió que no quería que viajaran más mujeres al espacio porque ya se había demostrado que en la URSS todo el mundo tenía las mismas oportunidades".

Artola plantea una idea similar sobre el viaje de Tereshkova, enmarcándolo dentro de la idea de "avanzar con hitos propagandísticos". "Hoy en día la cuestión de las mujeres está en la agenda de todos los gobiernos, pero esta fue una pose", señala.

Cambiar el traje de astronauta por el de política

Rusia está perdiendo la carrera espacial en cuanto a la igualdad entre hombres y mujeres

Tereshkova se desprendió del traje de astronauta para adentrarse en el mundo de la política, en el cual es considerada una defensora de la igualdad entre las mujeres y los hombres y es conocida por defender el papel de la mujer en la sociedad rusa.

El 16 de junio de 2023, el presidente ruso, Vladímir Putin, condecoró a la cosmonauta con la orden de Gagarin por "los servicios sobresalientes en la exploración del espacio, el coraje y la dedicación demostrados", señaló el Kremlin en un comunicado. Además, en el año 2000 la Asociación Británica Asamblea anual de Mujeres la condecoró con el título honorífico de Gran mujer del siglo XX.

Pese a haber sido los primeros en abrir las puertas de una nave espacial a las mujeres, según explica la astrónoma, en la actualidad Rusia está perdiendo la carrera espacial en cuanto a la igualdad entre hombres y mujeres porque "ahora mismo solo hay una cosmonauta y en total solo han tenido cinco".

Fuera de la esfera rusa se hace un esfuerzo consciente para que haya paridad en los cuerpos de astronautas. "En el programa espacial ruso solo hay una chica, pero por ejemplo la tripulación del programa Artemis, de 18 astronautas, nueve son hombres y nueve son mujeres", dice Ortiz.

Habitar la cara oculta de la Luna

A nivel internacional, el objetivo de los programas espaciales es poner las bases para crear una estación fija en la Luna, para estudiar con mayor profundidad sus recursos, realizar proyectos de minería y conseguir en un futuro la presencia permanente de humanos en la cara oculta de nuestro satélite.

Como destaca Ortiz, este objetivo se encuentra con los gobiernos como principales obstáculos, ya que "están a otra cosa". "Lo que pretenden es lo que ocurrió con Valentina, ser los primeros, pero van perdiendo fuelle en todo lo que supone después, porque no es algo que les dé un rédito en las urnas".

Ahí es donde entran las empresas privadas, que buscan un rédito, pero mientras se pueda conseguir un equilibrio entre los beneficios científicos, los económicos y la preservación del entorno, avanzaremos hacia el deseo que manifestó Tereshkova en su discurso en la Universidad de València en 1991, que el cosmos "pase a formar parte del patrimonio de toda la humanidad".

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