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Rusia conmemora la anexión de las regiones ucranianas ocupadas y se prepara para costear una guerra muy larga

Rusia celebra el aniversario de la anexión de cuatro regiones de Ucrania en medio del fragor bélico, y con el anuncio de que aumentará casi en un 68% el gasto para la guerra.

El presidente ruso Vladimir Putin asiste a una reunión con el gobernador de la región de Tver, Igor Rudenya, en Moscú, Rusia.
El presidente ruso Vladimir Putin asiste a una reunión con el gobernador de la región de Tver, Igor Rudenya, en Moscú, Rusia. Mikhail Klimentyev / Sputnik/REUTERS

El presidente Vladímir Putin ha declarado el 30 de septiembre como "Día de la Reunificación" para conmemorar la anexión hace un año por Rusia de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón. Putin deja claro que está dispuesto a prolongar la guerra el tiempo que sea necesario y a defender lo conquistado. Y para ello, ha ordenado disparar el gasto militar.

Rusia aumentará en un 67,65 % su gasto militar para 2024 con respecto al de este año, según la planificación presentada esta semana por el Ministerio de Finanzas ruso sobre el presupuesto de la Federación Rusa para el periodo 2024-2026.

Así, pasará de los actuales 66.730 millones de dólares de 2023 a los 111.870 millones de dólares para 2024. El objetivo de este incremento es afrontar los gastos de una guerra que se augura muy larga.

Este anuncio no lo ha hecho el Kremlin por casualidad esta semana. Putin ha querido hacer coincidir su apuesta por aguantar el esfuerzo bélico el tiempo que sea preciso con su proclamación del "Día de la Reunificación" para el 30 de septiembre, en conmemoración de la incorporación a Rusia de los territorios invadidos por medio de referendos no reconocidos internacionalmente.

Una anexión inconclusa

La anexión de esas cuatro regiones del este y sur de Ucrania que se celebra con festejos este fin de semana en Moscú, en realidad ni siquiera se ha completado de facto. Buena parte de esos territorios sigue bajo control del ejército ucraniano, y en todos ellos continúan los combates y las acciones militares, al igual que en la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, también con un referéndum sin garantía legal alguna.

Ucrania no está dispuesta a consentir ese desgarro territorial y, además de la contraofensiva lanzada en junio, ha incrementado los acuerdos con Estados Unidos y Europa para aumentar la ayuda militar aliada y sentar las bases de una producción propia de armamento que impida los planes de Putin.

Ya se encuentra en Ucrania la primera remesa de tanques pesados M1 Abrams, estadounidenses, y la Casa Blanca ha prometido al presidente Volodímir Zelenski que en breve enviará a las fuerzas armadas ucranianas misiles de largo alcance ATACMS, con una capacidad de ataque que puede dar un vuelco a la guerra.

Según el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, Mark Milley, los tanques M1 Abrams, que esta semana han llegado a Ucrania y en breve entrarán en combate, "harán la diferencia" en esta guerra, gracias a su blindaje especial y su cañón de 120 mm. Los Abrams pueden utilizar munición de uranio empobrecido capaz de atravesar cualquier coraza de los carros de combates rusos.

Estados Unidos prometió 31 tanques Abrams a Ucrania, que se unirán a las decenas de carros de combate Leopard 2

Estados Unidos prometió 31 de estos tanques a Ucrania, que se unirán a las decenas de carros de combate Leopard 2 y de otro tipo, con las que el ejército ucraniano trata de atravesar las líneas de defensa rusas que unen los cuatro territorios cuya anexión se celebra este sábado. El objetivo es cortar ese corredor que va desde el Donbás hasta Crimea y alcanzar el mar de Azov. Si las nuevas armas ayudaran en este propósito, la guerra podría dar un giro.

Pero para ello precisan el suministro continuado de armas por parte de Estados Unidos y los países europeos, compromiso que está desafiando la paciencia rusa y haciendo cada vez mayor la implicación occidental en la guerra. La promesa que le hizo el presidente Joe Biden a Zelenski de que enviará a Ucrania misiles de largo alcance ATACMS, capaces de golpear objetivos en suelo ruso, pone la ayuda militar occidental en un peligroso punto sin retorno.

Misiles iraníes contra los ATACMS estadounidenses

Ante esta implicación de Occidente y sus arsenales en la guerra, y a fin de asegurar que la contraofensiva ucraniana fracasa a medio plazo, Moscú ha decidido ese aumento en dos tercios del gasto en defensa. Y, para contrarrestar los misiles de largo alcance occidentales, el Kremlin ya está negociando con Irán la compra de cohetes de similares características para reponer sus propios stocks de misiles.

El Kremlin ya está negociando con Irán la compra de cohetes para reponer sus reservas

En Occidente también empieza a germinar la idea de que esta guerra será muy difícil de ganar, por eso Kiev acoge también estos días una feria de armamento para posicionar a las compañías de cara a la fabricación de armas en la propia Ucrania.

En este contexto se incluye la visita que realizó esta semana a Kiev el ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu. El político galo acordó con su homólogo ucraniano, Rustem Umerov, la producción conjunta de armamento entre los dos países, además de continuar el suministro por París de sistemas antiaéreos y artillería.

"Se han lanzado o se están tratando docenas de proyectos destinados a organizar la producción conjunta de nuevas armas o del mantenimiento de armamento que ya tenemos", explicó Umerov el jueves.

Los mercaderes de armas reunidos en Kiev

Este viernes se abrió en Kiev el primer Foro Internacional de la Industria de Defensa celebrado en Ucrania, con la participación de mercaderes de armamento y tecnología militar de 160 empresas de 26 países. Ucrania pretende así atraer inversiones para su industria militar y, como se ha acordado con Francia, producir material de guerra de forma conjunta con países y corporaciones.

De esos participantes, una veintena eran franceses en búsqueda de compañías ucranianas que puedan convertirse en subcontratistas de los fabricantes galos. Los miles y miles de millones donados por Occidente para armar al ejército ucraniano y el ingente volumen de armas recibidas de Estados Unidos y los países europeos han convertido a Ucrania en la mayor exhibición de armamento del planeta y posiblemente también en el mayor mercado "paralelo" de este material.

"Gracias a nuestros programas militares vamos a retirar muchos equipos antiguos del ejército francés –en favor de equipos mucho más nuevos- que podremos entregar a Ucrania y a otros países socios. Pero si queremos sostener este esfuerzo, debemos ser capaces de conectar directamente a los industriales franceses con el ejército ucraniano", explicó sin ambages el ministro Lecornu.

El titular francés de Defensa reconoció que la guerra va a durar aún, lo que explica ese interés de París por hacer negocios en torno a ella, además de proveer con armamento al ejército ucraniano.

Batallones de ucranianos entrenados en Francia

Lecornu y Umerov abordaron también el entrenamiento de militares de Ucrania por el ejército galo. Cerca de 7.000 soldados y oficiales ucranianos habrán recibido esta formación a cargo de las fuerzas armadas francesas para fines de este año.

Cerca de 7.000 soldados y oficiales ucranianos han sido entrenados por el ejército francés

La idea es formar batallones de entre 500 y 600 soldados "como unidades tácticas coherentes", indicó Lecornu.

En Rusia, estas noticias no han sido acogidas esta vez en silencio. En vísperas de las celebraciones por el "Día de la Reunificación", incluido un macroconcierto en la Plaza Roja, el presidente Vladímir Putin ha dejado caer ciertos e inquietantes datos que remachan la idea de que esta guerra va para largo.

Los Wagner resucitados por un veterano de Afganistán y Siria

Si en Occidente había cierta inquietud por el destino del grupo de mercenarios Wagner, tras el motín dirigido por su jefe, el oligarca Yevgueni Prigozhin, oportunamente desaparecido al estrellarse su avión, el presidente Putin se ha encargado de esclarecer ese misterio.

Andréi Tróshev, encargado de la organización de unidades de voluntarios que serán enviadas a Ucrania

El Kremlin informó este jueves de que Putin ha encargado al que fuera jefe del Estado Mayor de Wagner, Andréi Tróshev, la organización de unidades de voluntarios que serán enviadas a combatir a Ucrania preferentemente.

Estas unidades de contratistas militares, que reagruparán a los miles de soldados de fortuna de Wagner, estarán bajo el mando de Tróshev, un ex coronel ruso que participó en la fundación de esa formación de paramilitares y que se salvó de la penosa suerte de la cúpula de la empresa, con Prigozhin al frente, cuando se precipitó a tierra el avión en el que viajaban el pasado 23 de agosto.

Según Putin, el nuevo responsable de las unidades de voluntarios organizadas a partir de las compañías Wagner e integradas por otros muchos efectivos "sabe los asuntos que hay que resolver para que las tareas de combate funcionen de la mejor manera posible y con éxito".

Tróshev es un veterano militar con numerosas batallas a su espalda en las guerras Afganistán, Chechenia y, especialmente, Siria. El plan de Putin apunta a la necesidad de forjar de nuevo una punta de lanza del ejército ruso en operaciones especiales o de mayor riesgo bajo un mando leal cien por cien al Kremlin.

Antes de la disolución de sus unidades, los combatientes de Wagner pelearon durante meses a las puertas de la ciudad ucraniana de Bakhmut. Los Wagner finalmente tomaron Bakhmut, aunque en estos momentos sea de nuevo el escenario de los más encarnizados enfrentamientos de la guerra.

En declaraciones a la prensa, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, indicó que Tróshev sirve ahora en el Ministerio de Defensa ruso. Es decir, se completa la subordinación de ese negocio de mercenarios al Estado por la que había apostado el actual ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, uno de los principales hombres de confianza de Putin.

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