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Victoria agridulce para la derecha en Buenos Aires

Socios y rivales

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Horacio Rodríguez Larreta, candidato al gobierno porteño por la conservadora Propuesta Republicana (Pro) celebra su victoria.- DAVID FERNÁNDEZ (EFE)

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Buenos Aires.- Necesitó la segunda vuelta de las elecciones, y ganó por una diferencia tan ceñida, que durante el conteo de votos vio peligrar su futuro. Horacio Rodríguez Larreta, aupado y respaldado por el precandidato a presidente Mauricio Macri, sucederá a su mentor como jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires por una victoria pírrica que ha generado un panorama imprevisto para los comicios presidenciales del 25 de octubre.

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El partido de Macri había preparado un escenario que entre música y ovaciones debía recibir a un Larreta victorioso y a un Macri aún más exultante si cabe, con el propósito calculado de proyectar su triunfo al resto del país. Aparecieron contritos, intentando acomodar su gesto de decepción ante las cámaras. El jefe de Gobierno aprovechó para lanzar un discurso de campaña presidencial, con promesas de acción y críticas al Ejecutivo nacional, y luego le dio rienda suelta al baile.

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Socios y rivales

Entre Lousteau y Rodríguez Larreta se produce un fenómeno paradójico. A nivel nacional, ECO pertenece al frente Cambiemos, una alianza nacional que integran PRO, la Unión Cívica Radical (UCR) y Coalición Cívica para enfrentarse al kirchnerismo gobernante. Cambiemos dirimirá su candidato presidencial en una interna que disputarán el 9 de agosto los líderes de esos espacios: Mauricio Macri, Ernesto Sanz, y Elisa Carrió.

Dos semanas tuvo Lousteau para tratar de contrarrestar los 20 puntos de diferencia que le había sacado Rodríguez Larreta en la primera vuelta. El candidato de ECO no intentó apoyarse en Sanz o en Carrió, aunque ambos postulantes presidenciales le manifestaron su apoyo en algún momento de la campaña, con mayor intrepidez el primero, con más tibieza la segunda.

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El partido Propuesta Republicana, conocido comúnmente como PRO, ha tenido el peor resultado de su historia en las elecciones a jefe de Gobierno en la capital

Rodríguez Larreta, por su parte, se apegó a Macri. El todavía jefe de Gobierno se vio obligado a postergar su campaña presidencial para asegurar el triunfo de su delfín en el único distrito del país en el que el PRO ganaba hasta ahora con holgura sin necesidad de hacer partícipe a otros partidos.

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El empuje de Lousteau

El candidato por el Frente para la Victoria (FpV) Mariano Recalde, que quedó tercero en la primera vuelta de los comicios porteños, no quiso respaldar a Lousteau en esta segunda ronda, aunque reconoció que no era dueño del 21,9 % de los votos que lo habían elegido. Como portavoz de la posición del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner frente a estos comicios, resaltó la contradicción de que los dos candidatos a jefe de Gobierno en Buenos Aires pertenecieran al mismo espacio electoral que aspira a ganar las elecciones presidenciales.

Lousteau logró en estas elecciones desprenderse de las críticas que le recordaban su paso por el Gobierno de Cristina Fernández

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Pero el voto en blanco sacó el 5 % de los votos. Los ciudadanos opinaron distinto, y Lousteau consiguió casi el doble de sufragios que en la primera vuelta. El candidato por ECO tenía esperanzas de seducir a ese 29 % del electorado, en su mayoría kirchnerista, que en la primera ronda no había votado ni por él ni por Rodríguez Larreta. Y consiguió convencer a casi el 23 %, ganando en 9 de las 15 comunas en las que se divide la ciudad.

Lo que está por venir

Desde que se constituyera como un distrito autónomo en 1996, la ciudad de Buenos Aires siempre ha tenido que celebrar elecciones en segunda vuelta para definir a su jefe de Gobierno, pero era la primera vez que un candidato kirchnerista quedaba fuera de la competencia.

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