Este artículo se publicó hace 14 años.
Yanukóvich y Timoshenko buscan el voto del centro
El banquero Tigipko, clave para la segunda vuelta en Ucrania
Enterrado ya el poder Naranja en Ucrania, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales se anuncia encarnizada, como muestra de la división entre las dos Ucranias: la que aboga por acercarse a Rusia y la que aspira a integrarse en el bloque de la Europa Occidental. Con el 98% de los votos escrutados, el candidato prorruso Yanukóvich ganó un 35,3% frente al 25% para la primera ministra pro occidental Yulia Timoshenko.
En una rueda de prensa la líder de la Revolución Naranja de 2004, que acabó con el poder de Yanukóvich, anunció que su rival "representa a los círculos criminales y no tiene posibilidad alguna" de ganar. La mujer que aspira a ser la Margaret Thatcher ucraniana, tenía ya en mente los números que le harán falta para alzarse con la presidencia el 7 de febrero.
El vencedor, Yanukóvich, intentó aparentar calma. Motivos no le faltan, supera a la primera ministra por más de diez puntos, pero sabe que necesita arañar votos más allá de su sólida base rusoparlante.
Y es allí donde Yanukóvich tiene problemas, pues un acercamiento a los nacionalistas ucranianos o a los comunistas de las regiones industriales del este podría desarmar su ventaja. En su rueda de prensa, el líder del Partido de las Regiones hizo un hueco al sarcasmo, asegurando que, cuando gane, colocará a Timoshenko en un "merecido cargo".
La voluntad del puebloAun así, el político no las tiene todas consigo, y ya ha anunciado que si pierde no es por su culpa, sino porque habrá habido tongo: "No confiamos en las autoridades gobernantes y sabemos de sus planes para falsificar las elecciones. Pero estamos dispuestos a defen-der la voluntad del pueblo".
Yanukóvich hizo un guiño al codiciado electorado del tercero en discordia, el banquero Serguei Tigipko, que obtuvo el 13,22% de los sufragios, asegurando que quien consiga que Rusia ponga los precios del gas al nivel de Bielorrusia, donde está subvencionado, "será nombrado ministro de Energía".
El apoyo de Tigipko aparece ahora como el elemento crucial
Tigipko no es ni filorruso ni proeuropeo y su convicción de la necesidad de que Ucrania permanezca neutral en el terreno militar lo sitúa en un terreno cómodo. Su carreraestá además limpia de las manchas de corrupción, delito y mal gobierno que salpican a los dos candidatos en liza por la presidencia.
Tigipko fue un hombre de Yanukóvich, y ambos mantienen una amistad cordial, según fuentes del Partido de las Regiones, pero el candidato derrotado es también un hombre pragmático, lo que impide descartar una alianza con Timoshenko si esta le ofrece condiciones para aplicar sus políticas.
Con las minorías ultranacionalistas descartadas, el apoyo de Tigipko aparece ahora como el elemento crucial que podría decidir el resultado de la segunda vuelta en la que los ucranianos elegirán a su presidente.
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