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Zapatero asume el plan Obama para Afganistán

La retirada española se adaptará al calendario de la OTAN

G. LÓPEZ ALBA

El presidente de EEUU, Barack Obama, acudirá a la cumbre de la OTAN que comienza mañana en Lisboa con la idea de que, después de nueve años, ha encontrado un método de trabajo para 'afganizar' Afganistán en el horizonte de 2014. El calendario de 'transición' que aprobará la Alianza Atlántica comenzará a mediados de 2011 y, aunque algunos países que integraron originalmente la fuerza internacional de la ONU (ISAF) ya han abandonado el país o han anunciado su intención de acelerar la retirada, no será el caso de España.

El Gobierno español no planteará calendarios alternativos ni adelantará un plan de retirada de sus tropas 1.521 militares y 31 guardias civiles, que está previsto que lleguen a 40 antes de fin de año. 'No vamos a hacer ningún anuncio a priori hasta ver el acuerdo de Lisboa', señalaron ayer fuentes gubernamentales.

Este acuerdo establecerá las condiciones que se tendrán que cumplir para proceder a la transferencia de responsabilidades a las autoridades afganas. A partir de ahí, según fuentes oficiales, 'se irá haciendo una evaluación del cumplimiento de los indicadores de seguridad, gobernabilidad y desarrollo, provincia por provincia y distrito por distrito'.

En su visita relámpago del pasado día 6, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió a mantener la presencia española hasta que los afganos puedan asegurar su propia seguridad. Entonces comentó que es pronto para plantearse esa transferencia en la provincia de Badgis, a la que pertenece Qala-i-Naw, donde está el grueso del contingente español. La situación sería más favorable en Herat, donde también hay tropas españolas, pero el mando es italiano.

Zapatero aprovechó su visita a Afganistán para preguntar a su presidente, Hamid Karzai, y al general estadounidense David Petraeus si consideraban 'realista' el objetivo de concluir la transferencia de poder en 2014. La respuesta fue positiva en ambos casos, aunque a Karzai le preocupa especialmente la situación de la zona fronteriza con Pakistán. Por su parte, Petraeus cree que, por primera vez, la cumbre de la OTAN se celebra con ideas claras y progresos importantes.

A la reunión que se celebrará el sábado para abordar la situación en Afganistán, además de los representantes de los países que participan en la misión de la ISAF, asistirán los presidentes del país asiático, del Consejo Europeo, de la Comisión Europea y del Banco Mundial, así como el primer ministro de Japón, país que no aporta tropas pero sí ayuda económica.

La cumbre atlántica no sólo servirá para establecer 'el marco del plan de transición', sino que en ella también se abordará la posibilidad de establecer una 'relación estratégica' a largo plazo entre Afganistán y la Alianza Atlántica.

El proceso de transición se traducirá en una paulatina transferencia de responsabilidades de ISAF a las fuerzas de seguridad afganas, a la vez que el cometido de la fuerza internacional evoluciona hacia labores de apoyo.

La declaración de partenariado a largo plazo entre la OTAN y Afganistán recogerá el compromiso de la Alianza de apoyar, más allá de la misión ISAF, a las autoridades afganas para conseguir un país 'seguro y estable, sobre todo en lo relativo a la capacitación de sus instituciones y fuerzas de seguridad, con absoluto respeto a la soberanía e independencia de Afganistán, y a su cultura y tradiciones'.

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