El ministro de Exteriores de Israel es un visitante incómodo. Su discurso radical contra los árabes provoca que sus visitas oficiales sean puestas en no pocos casos en cuarentena por los dirigentes europeos, al resguardo de fotografías que puedan retratarlos junto a Avigdor Lieberman. Hoy, sin embargo, en su visita a España será recibido con toda formalidad diplomática. Almorzará con el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, y será recibido en Moncloa por el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Tras las elecciones general de 2009, Israel Beitenu, el partido de extrema derecha fundado por el propio Lieberman, se aprovechó de un discurso radical y antiárabe para quedar terceros y entrar en el Gobierno del nuevo presidente Benjamin Netanyahu. La traducción del nombre de su formación es un eufemismo para el mensaje político Lieberman, que nació en la república de Moldavia en 1958 y emigró a Israel con 20 años: Israel, nuestra casa.

El proceso de paz en Oriente Próximo y la proximidad de la cumbre de la Unión por el Mediterráneo, convocada para primeros de junio en Barcelona son los motivos por los que Zapatero quiere cuidar las formas con esta visita.

Nicolas Sarkozy se negó a recibirlo en su última visita a Francia

Pero no es una visita diplomáticamente agradable. En su última visita a Francia, el presidente Nicolas Sarkozy se negó a recibirlo e instó al primer ministro de Israel a que deshiciera de Lieberman. Llegó a compararlo con el líder de la ultraderecha gala, Jean-Marie Le Pen. 'Siempre me he entrevistado con los ministros de Exteriores de Israel pero con Lieberman no puedo hacerlo. Sácalo de tu Gobierno y mete a Livni', le dijo el líder francés a su homologo israelí, según publicó el periódico israelí Yediot Aharonot.

Y es que la ideología de Lieberman es ultranacionalista y neoconservadora, y la expresa de forma cortante. En sus mítines es común oír el grito de 'muerte a los árabes' y profiere amenazas e insultos contra los palestinos de una forma aguerrida. Su leit motiv es que con el enemigo no se dialoga, se le ataca. Nada de conversaciones con los palestinos, los sirios o los iraníes.