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Banco Santander: por qué impulsar el microemprendimiento femenino es un paso de gigante para la inclusión financiera y social
En febrero pasado, Santander emitió en Chile un bono pionero en el mundo financiero:
50 millones de dólares para financiar o refinanciar sólo créditos de pequeños negocios liderados por mujeres. Es una pieza añadida a los programas del banco que impulsan el emprendimiento femenino como fórmula viable para la inclusión social y financiera de comunidades desfavorecidas.
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Seis mil pesos mexicanos, 245 euros al cambio, pueden no parecer mucho dinero para un crédito... pero el año pasado lo fueron todo para Virginia Álvarez Castillo, una microemprendedora de Valle del Chalco, zona periférica de la macrocapital Ciudad de México. Tras perder a sus padres por el covid-19 y ver tambalearse su pequeño negocio de venta de calzado por catálogo, ese microcrédito del Santander le permitió reaccionar, recuperar parte de su desánimo personal, comprar dos máquinas de coser y rollos de telas, y reconvertir su negocio en otro de manufactura y venta de mascarillas, a 15 pesos la unidad (0,62 céntimos de euro), que hoy funciona muy bien.
Virginia es una de las miles de emprendedoras mexicanas que se han beneficiado en México del programa Tuiio, que lanzó en 2017 el Santander, como ocurre en Brasil con otros varios miles de clientas del programa Prospera, que es el más veterano en microcréditos en la región. Estas iniciativas están inspirando ahora a los demás países latinoamericanos donde opera Santander: este mismo año 2021, más mujeres emprendedoras de perfil social muy similar a las brasileñas y mexicanas, pero esta vez en Chile, van a conseguir en 2021 financiación para sus pymes y micropymes gracias a un bono sostenible especial lanzado por la filial chilena del Santander.
Que un banco emita un bono en los mercados financieros es habitual, pura rutina. Pero que lo haga sólo para dotar de más recursos a sus proyectos con pequeñas emprendedoras, no había ocurrido nunca en la historia de los bancos. La cartera actual de Santander Chile con emprendedoras es de unos 380 millones de dólares, de modo que el bono lanzado ahora, por valor de otros 50 millones, multiplicará las oportunidades que el banco ofrece al segmento femenino emprendedor.
Este instrumento financiero ha sido lanzado, además, con los criterios llamados ESG (de respeto al medioambiente, inclusión social y gobernanza interna), lo cual quiere decir que las operaciones de crédito que se beneficien del bono deben cumplir también esos criterios. Tiene un plazo de amortización de tres años y un tipo de interés del 0,71%.
En Argentina, Banco Santander aún no ha desarrollado programas de este estilo pero participa en Banking on Women, un programa de la International Finance Corporation (del Banco Mundial), que consiste en promover créditos a empresas exportadoras lideradas por mujeres. Desde su puesta en marcha en julio de 2019, se han otorgado en Argentina quince líneas de préstamo por un total de 30,2 millones de pesos (alrededor de 450.000 euros).
Banco Santander anunció en 2019 un compromiso corporativo -lo que significa que ha de ser aplicado en todas las filiales, negocios y actividades- de convertirse en una "banca responsable" en todo el mundo, mediante proyectos concretos que promovieran la inclusión financiera de 10 millones de personas con bajos recursos hasta 2025. El año pasado, Banco Santander fue declarada como la empresa número 1 del mundo en empoderamiento femenino, de acuerdo con el Índice de Igualdad de Género de Bloomberg, la mejor auditoría independiente que mide los esfuerzos del sector empresarial privado en este sentido. La estrategia de impulsar educativa, profesional y financieramente a decenas de miles de mujeres como nuevas microemprendedoras en Latinoamérica será clave para cumplir con el compromiso corporativo del banco.
La mayor parte de las mujeres que consiguen crear sus negocios gracias a estos programas de Banco Santander en Latinoamérica son cabezas de familia con la ambición de conseguir mejorar el futuro de sus hijos y sus comunidades. Además de poner el foco en financiar y apoyar al máximo la creación de nuevos negocios donde los líderes sean mujeres, en comunidades muy afectadas por la marginación social y económica, lo que también hacen Tuiio y Prospera es formar a las mujeres a nivel profesional y personal.
Es el caso, por ejemplo, de Mercedes Cruz Hilpas, cuya vida cambió radicalmente por la pandemia. Su marido fue despedido de la fábrica en la que trabajaba y para que su humilde familia de Tizayuca (Hidalgo, México) pudiera sobreponerse a la desgracia, ella misma y su suegra montaron en su propia casa Sazón de Ángel, un servicio de entrega de comidas económicas a domicilio, con un microcrédito de Tuiio que le sirvió para arreglar el techo de su cocina, comprar una bicicleta y utensilios de cocina para hacer quesadillas, arroz, sopa, frijoles... e imprimir folletos con que darse a conocer en el vecindario, especialmente entre las personas mayores con más dificultades para salir de casa. Su hijo, Ángel, la ayuda con el reparto diario, y ella tiene ahora formación financiera impartida por expertos del banco para poder administrar su negocio y planificar su futuro con buenas perspectivas.
Como Virginia Álvarez y Mercedes Cruz en México, un ejemplo brasileño es el de Dona Valderine, quien decidió pasar de hacer pasteles en casa a convertirse en pastelera y comercializar sus creaciones. Al principio, solo vendía a amigos y vecinos. Con el apoyo de Prospera, alquiló un local, compró materiales y equipos nuevos, hoy produce y vende más de 100 pasteles por semana y ha creado un puesto de trabajo nuevo, una ayudante.
En Prospera el 69% de los beneficiarios son beneficiarias, en su mayoría costureras, camareras o vendedoras que han conseguido abrir sus propios negocios. En total, en 2020 casi 200.000 personas recibieron apoyo financiero del banco para poner en marcha sus proyectos. En México la cifra se dispara: más del 90% son mujeres. Sólo durante la pandemia, Santander ha concedido 134.000 microcréditos a través de Tuiio.
En palabras de Ana Botín, presidenta de Banco Santander, "esto es banca responsable en acción: ayudar a que las personas puedan hacer realidad sus sueños, apoyar la creación de nuevos puestos de trabajo y nuevas oportunidades, y de esta manera compartir los beneficios del crecimiento económico”. Y Virginia Álvarez resume el espíritu femenino que está detrás de la apuesta por las mujeres como emprendedoras: “No importa cuántas veces caigamos, lo importante es saber levantarnos de cualquier situación, por más difícil que sea".