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Condenado a 19 años de cárcel el sargento que violó y obligó a abortar a su subordinada

Desde 2011 hasta 2015, la víctima sufrió acoso, miedo, vejaciones y violaciones reiteradas. El agresor sigue en libertad al no ser firme la condena.

Imagen de archivo de un agente de la Guardia Civil.
Imagen de archivo de un agente de la Guardia Civil. Europa press

El Tribunal Militar de Cartagena ha condenado a un sargento de la Guardia Civil por violar reiteradas veces a una subordinada y obligarla a abortar. La acusación particular pedía 22 años de cárcel, frente a los 15 de la Fiscalía, por acosar y violar a la víctima en el cuartel de la Guardia Civil de Molina de Segura (Murcia).

Finalmente, el Tribunal Militar de Cartagena ha condenado a 19 años de prisión al sargento O. M.G. –quien sigue en libertad al no ser firme la condena– por abusar sexualmente de su subordinada, dejarla embarazada y obligarla después a abortar. Desde 2011 hasta 2015, la víctima sufrió acoso, miedo, vejaciones y violaciones reiteradas.

"Ella está consolada por la sentencia, porque lo que hace es reconocer que lo que le pasó es cierto y por fin la han creído. Su gran terror era que no la creyeran", cuenta Laura Pérez Botella, la abogada de la víctima.

La mujer lleva de baja desde marzo de 2015 ya que sufre estrés postraumático, depresión y un grave deterioro físico y mental. Según su abogada, tiene una incapacidad permanente absoluta: "No está retirada y es todavía una agente en activo, aunque de baja médica, porque la Dirección General de la Guardia Civil paralizó el expediente de incapacitación a resultas de lo que dijera la sentencia".

La defensa denuncia que "la Guardia Civil le dio la espalda"

"Si no está apartado del servicio es porque la Dirección General de la Guardia Civil así lo acordó. Consideran que es buen mando", ha apuntado la letrada. "Según la Dirección General de la Guardia Civil, las secuelas que presenta (la víctima), a pesar de que lo que dicen los médicos militares, son de carácter común y no derivadas de acto de servicio, como reconoce la sentencia, los médicos militares y los forenses". 

Desde la Guardia Civil señalan que al atender tanto al procedimiento penal como disciplinario, "no se puede apartar a un agente hasta que no hay una sentencia firme, pero sí que se le puede apartar de un destino en función del delito, tal y como recoge nuestro reglamento". Por su parte, el Tribunal Militar sí que ha acordado la retirada de arma y pasaporte en espera de que se resuelva el proceso.

El agresor obligó a la víctima a que le enseñara la factura de la clínica donde abortó

Uno de los episodios más sórdidos, que reflejan tanto la Fiscalía como la acusación particular en sus escritos, aconteció en julio de 2012, cuando la víctima tuvo conocimiento de que estaba embarazada. "Saca eso de ahí, no me vas a joder la vida, entérate bien", exigió a la agente, a la que forzó a que abortara y también le obligó a que le mostrara la factura de la clínica. La agente quería tener al bebé, por convicciones morales y religiosas, pero él llegó a golpearla en la barriga. "Déjate de llantos y saca eso de ahí o te vas a enterar", le insistía. 

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) apoyó y asesoró en todo momento a la víctima y publicó el caso en rueda de prensa en 2016, año en el que el entonces director general del Cuerpo, Arsenio Fernández de Mesa, suspendió de funciones y cesó de su destino al procesado.

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