Opinión
¿Hay que multar en Only Fans?

Periodista
-Actualizado a
El Gobierno prepara su ley para abolir la prostitución. En su texto, el PSOE quiere ir más allá y se adentra en el entorno digital. Y ahí es donde se quiere ir contra la plataforma de OnlyFans. Ya saben que tiene un alto porcentaje de contenido erótico y donde se han hecho retos como acostarse con 100 hombres en 24 horas. El PSOE considera que puede ser un espacio en el que puede darse la prostitución, porque se conocen dinámicas donde captan en redes a adolescentes a las que explotan en la red social bajo promesas de dinero fácil . Lo que ha trascendido es que el socio de Gobierno, Sumar, no está de acuerdo. Sostienen su rechazo porque “no hay que precarizar” a las mujeres que estén en esa red social. Cuestión que choca precisamente con una formación que siempre ha querido acabar contra cualquier explotación, aunque eso dejara al trabajador en la calle también.
La propuesta del PSOE va en la línea de lo ocurrido hace meses en Suecia. Fue el primer país europeo en prohibir en OnlyFans a quienes compraran contenido sexual personalizado, pero se permite el que ya esté en la red. Este debate coincide con un estudio académico publicado en Sexuality & Culture, que se hizo con adolescentes españoles. Tenían de 12 a 16 años y les preguntaban si conocían la red social y qué les parecía. Los resultados indicaron que conocen y acceden a OnlyFans, a pesar de ser menores de edad, y que saben cómo promocionarse para generar dinero. También consideraban que la plataforma es una alternativa profesional atractiva, que es una opción más de trabajo. Especialmente, para chicas que cumplen con cánones de belleza determinados, porque han escuchado que OnlyFans da muchos beneficios económicos. Eso sí, ellas reconocían que para aumentar las ganancias, no bastaba con mostrar los pies. Que eso podía servir como punto de entrada, pero sabían que era necesario mostrar más partes íntimas del cuerpo. Les recuerdo, tienen entre 12 y 16 años. Un joven declaró en el estudio: “Hay chicas en TikTok que no tienen educación ni nada, entonces hacen OnlyFans y ganan mucho dinero”. Incluso hay marcas que las convierte en referentes. Hace poco L’Oréal contrató a una de las estrellas de OnlyFans para promocionar una línea de maquillaje para adolescentes.
Lo que le llama la atención al estudio es que, en esta cultura neoliberal, no tenían conciencia de la cara B de OnlyFans. Que tras la supuesta libertad y dinero que les venden, haya posibles riesgos como la privacidad, el ciberacoso, extorsión o incluso la explotación. No sé si recuerdan el nombre de Cecilia Sopeña. Estuvo varias veces en medios de comunicación, explicando la gran cantidad de dinero que ganaba con su contenido en OnlyFans. Hace unos días, en Instagram, comunicaba que dejaba la plataforma y pedía su derecho al olvido. Busca suprimir su pasado digital en la plataforma de contenido sexual porque “ya no refleja quién soy ni cómo deseo ser recordada”, comentaba.
Y aquí se abre otro melón porque quienes se dan de alta en la red no siempre son conscientes de las dificultades legales y técnicas de desaparecer de internet, por no hablar del estigma sobre las mujeres. Porque aunque se borre la cuenta, y OnlyFans elimine ese contenido, eso no asegura que nadie, mientras estabas activa en la red, haya descargado o grabado ese material. La tecnología no olvida. Mientras que una fotografía en papel podía destruirse, las imágenes digitales se copian, se descargan, se comparten en segundos. El control sobre la intimidad ya no depende solo de quien la expone, sino de quienes la consumen. Esa fragilidad es el precio que se paga al confiar lo íntimo a un sistema que, por diseño, busca reproducirse y generar dinero.

El estudio concluía que la normalización de la cosificación sexual y la mercantilización de la intimidad refuerzan actitudes sexistas. E insistía en la educación sexual y una mayor regulación. Porque solo desde la conciencia se pueden tomar decisiones: saber que el clic de hoy puede tener consecuencias dentro de diez años. Pero queda la pregunta más incómoda que genera el estudio: ¿qué dirían si un día llega su hijo o hija y les dice que quiere trabajar vendiendo imágenes íntimas en OnlyFans?
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