Opinión
Miedo a los jóvenes

Por Anibal Malvar
Periodista
El consultor político y asesor de comunicación Antoni Gutiérrez Rubí acaba de publicar en Siglo XXI Polarización, sociedad y algoritmos. Una radiografía de las nuevas generaciones. En los últimos tiempos se observa mucha actividad editorial y de pensamiento alrededor de los jóvenes, de su desafección política, de su enmachirulamiento apestado de varón dandy, de su voxificación y de sus fascistofilias. Está sucediendo en todos esos países que se llaman desarrollados.
Sin duda, todos estos estudios son muy nobles y están muy bien escritos, pero yo creo que llegan demasiado tarde. Además (y no lo digo por los autores), da la impresión de que este repentino interés no se da porque ahora nos haya entrado una enorme ternura por los centennials, la Generación Z, los veinteañeros de siempre. Los empezamos a estudiar porque hemos llegado a un punto en que los jóvenes nos dan miedo. Y es muy difícil comprender y empatizar con alguien que te aterroriza, por mucho que lo estudies en focus groups.
Quitando a los cayetanos de siempre, que esos existieron toda la vida y solo cambian de peinado, esta es la primera generación de jóvenes que conozco con evidentes pulsiones antidemocráticas y negacionistas, antisistema, desertores de la razón, de sus profesores y, ya no digamos, de sus políticos.
Los datos cantan la Traviata. El CIS ya nos dijo hace tiempo que el 17% de los jóvenes de entre 18 y 35 años prefieren un gobierno autoritario, fascista, si las cosas vienen mal dadas. ¿Y quién decide cuándo vienen mal dadas? Han visto miles de películas y series que relatan los horrores del fascismo y el nazismo, han deseado ser el Brad Pitt que cortaba cabelleras a los nazis en Malditos bastardos, pero da la impresión de que el pasado histórico lo asimilan como una realidad paralela psico-ficcional, como un mito artúrico que no les afecta ni cultural ni política ni históricamente. Al parecer, ni siquiera se quieren enterar de lo que hacen los tipos del perfil de líder que ellos anhelan hoy y aquí, en Argentina o EEUU, por poner dos evidentes ejemplos. Si mañana reapareciera Hitler sin bigote, a lo mejor los seducía en TikTok.
Aquí en España, el 21% de los chicos y el 12,7% de las chicas menores de 25 años votaron a Santiago Abascal o Alvise Pérez. En el ensayo de Gutiérrez-Rubí sale un chico diciendo: "Vas con miedo a la discoteca, no existe la presunción de inocencia de un hombre".
No es que yo haya sido nunca muy discotequero, pero ese sesudo y cavilante chaval seguramente es un poco incel, por no decir otra cosa, porque la menos sutil encuesta entre las mujeres de cualquier edad basta para saber que son ellas las que nos tienen miedo a los tíos en las discotecas, en las aulas, en la cama, en el piso compartido y en la calle. Pocos casos se conocen de tías que han drogado a chavales para follárselos, siendo esta, sin embargo, práctica bastante común del feo sexo, según estadísticas médicas y sentencias judiciales.
También he leído, a más de algún estudioso del tema, que un porcentaje alarmante de jóvenes no considera violencia machista abofetear a tu novia u obligarla a mantener relaciones indeseadas. Quizá la sobredosis de porno puede deshumanizar o bestializar el sexo. Pero, para tener un poco de cerebro, casi cualquier chaval tiene teléfono con herramientas suficientes para acceder a muchas fuentes del saber. Prefieren escuchar las chorradas en TikTok que dice Alvise (800.000 votos en las europeas) que buscar datos. Y espanta ya que busquen en un vividor no muy afecto al trabajo como Santi Abascal soluciones al problema de trabajo y de vivienda.
Ya empecé diciendo que llegamos demasiado tarde para estudiar y comprender muchos fenómenos centennials. Es razonable que unos padres no entiendan a sus hijos de 15 años. Pero si no los entiendes cuando tienen 25 y 30, es que algo ha funcionado mal durante mucho tiempo en una sociedad. Ya utilicé este dicho africano alguna vez: "Para educar a un solo niño, hace falta toda una tribu".
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