Me hace mucha gracia ver cómo la batalla entre Pedro J. Ramírez y Casimiro García Abadillo se convierte en trending topic todo el tiempo. Los dos son grandes profesionales del periodismo, con todo lo malo que eso conlleva.

-- Con el respaldo del consejo de administración y de la redacción, he decidido no publicar tu carta --dice Casimiro.

--No entiendo tu mensaje --contesta Pedro J.--, ¿Cómo retiro una carta que no he enviado? Supongo que tomarás la decisión después de leerla.

Los escindidos hermanos Marx se refieren a la carta dominical que Pedro J. mantenía en El Mundo y que nos liberaba de ir a misa, pues conjugaba arrepentimiento y castigo solo leyéndola. Los viejos periódicos se hunden. Primero mataron el mensaje y ahora se están matando entre mensajeros. La cosa está divertida.

Yo he trabajado con estos dos grandes profesionales del periodismo, con todo lo malo que eso conlleva, y me parece atroz lo que les está sucediendo. Porque está muy de moda preocuparse más por los informadores que por la información. La información es muy sosa. Los informadores huelen sangre. Save the Children dice que 2.226.000 niños viven en España por debajo del umbral de la pobreza.

Todo empezó cuando Casimiro se hizo una foto con los reyes y otras personalidades, en el 25 aniversario de la fundación de El Mundo, y no metieron en la foto a Pedro J. Qué barbaridad. Entre los recogebasuras de los supermercados no se habla de otra cosa. Jordi Savall y Colita renuncian a los premios nacionales de música y fotografía. La razón la explica muy bien la fotógrafa: "No es posible que exista dicho ministerio [de Cultura]. Es una quimera; habrá que esperar con ilusión otros tiempos, otras gentes, otros gobiernos que nos devuelvan a nosotros el orgullo y a ellos el honor. Así pues, de momento, señor Wert no me apetece salir con usted en la foto".

Después Pedro J., en un artículo de El Mundo, intentó templar gaitas: "Bueno, gracias de nuevo; mantengamos al menos esta línea abierta y entre tanto ponles más banderillas de fuego a los cabestros. ¡Ah! y en relación a eso que dices de que no te gustaría que dentro de diez años la gente identificara a El Mundo como «el periódico de Casimiro», chico, nunca se sabe qué puede caernos del cielo, pero yo que tú tampoco me preocuparía demasiado. Francamente, ese peligro no lo veo". Pedro J. pactó una indemnización de 13,5 millones por su salida del periódico. La European Anti Poverty Network (Red Europea de Lucha contra la Pobreza, coalición de ONGs europeas) calculaba en 2012 --su último informe-- que tres millones de españoles viven con menos de 300 euros al mes.

Casimiro contestó desde un editorial: "A algunos de nuestros lectores les pudo sorprender ayer la publicación de un artículo duro e injurioso contra nuestro director, escrito nada menos que por su antecesor, Pedro J. Ramírez, en su colaboración semanal. La práctica de nuestro diario es publicar todos los artículos de opinión sin ejercer nunca la censura. Y ésta es una prueba". En el primer semestre de 2014, 21.000 familias fueron arrojadas fuera de sus casas por los bancos.

Mientras Casimiro y Pedro J. se despellejan, el titular de portada de El Mundo de hoy [ayer] es social, revolucionario, inteligente, libre, valiente, combativo y novedoso: "JP Morgan desaconseja el bono español por Cataluña y Podemos". Nadie cuenta que en un parque de Madrid acaba de morir un árbol.