Opinión
El PSOE abre el Congreso a la violencia macho de Vox

Periodista y escritora
-Actualizado a
Vox celebrará unas jornadas en el Congreso sobre lo que llaman "ideología de género" y en defensa de la idea de que existen las "denuncias falsas". Lo harán porque el PP y el PSOE han votado a favor de que tenga lugar ese despropósito que es ni más ni menos la base sobre la que se sustenta y permanece toda violencia contra las mujeres, violencia con resultado de muerte en demasiadas ocasiones y siempre de una vida sometida a la tortura.
Les voy a explicar de nuevo a los señores, y sobre todo a las señoras, del PSOE por qué eso que apoyan es un acto criminal. Se lo voy a explicar aunque me consta que lo saben. Se lo voy a explicar por si quedara alguien ahí con cabeza que alce la voz. Se lo voy a explicar para intentar entender por qué aún confían en el voto feminista.
Empezaré recordando que las denuncias falsas no existen, que suponen un porcentaje tan ínfimo —menos del 0,01%— que ni siquiera puede tenerse en cuenta. Sin embargo, los violentos defienden su existencia porque les es útil para seguir ejerciendo violencia. El hecho mismo de hablar de "denuncias falsas" es un acto profundamente violento contra las mujeres, un acto machista y misógino, un ejercicio de odio. O sea, que las señoras y señores del PSOE han votado a favor de que Vox lleve su odio contra las mujeres nada menos que al Congreso. ¿Son conscientes del tremendo dolor que esto nos causa? ¿Son conscientes del paso que dan?
El bulo de las "denuncias falsas" convierte a la víctima en agresora de forma burda, por el simple hecho de decir que lo es. Al maltratador le basta con acusarla de mentir para que una parte cada vez mayor de la población le apoye. ¿Por qué le apoyan? Porque conviene volver a silenciar a las mujeres que por fin nos hemos lanzado a exponer públicamente, con todo lujo de detalles, las violencias que hemos sufrido y seguimos sufriendo habitualmente.
Con el asunto de las "denuncias falsas" no solo se desacredita la voz de las mujeres y se nos niega el derecho a decir verdad, sino que se fabrica una herramienta de castigo y disciplina para reprimir y escarmentar a aquellas que se atreven a relatar sus vidas. Basta que un mastuerzo te acuse de mentir para que todo el esfuerzo de sacar por fin la verdad a la luz o ante la Justicia se vaya al garete.
De paso, se consigue disuadir a las mujeres que deciden denunciar su situación. Porque, muy en contra de la opinión generalizada, son cada vez más las mujeres que acuden a los juzgados en busca de amparo y justicia, en demasiadas ocasiones sin éxito. La idea de las "denuncias falsas" no necesita demostración ni pruebas, basta con la voz del varón, que pasa a estar por encima —qué novedad— de la de la mujer, quien en la gran mayoría de las ocasiones sí dispone de pruebas y evidencias.
La barbaridad de las "denuncias falsas" que ahora el PSOE permite que llegue hasta el Congreso de los Diputados y Diputadas construye silencio y dinamita el principio de Verdad, Justicia y Reparación, algo que en el caso de las mujeres lamentablemente suele suceder. Es la verdad de las mujeres la que está en el centro de todo este despropósito. Enarbolar la idea de mentira contra nosotras destruye la base sobre la que levantar una posibilidad de justicia y, por ende, de reparación. Porque la verdad va antes, es el primer paso. Sin verdad no puede haber justicia ni reparación. De eso se trata, de callarnos para no pagar la violencia que ejercen. Y para poder seguir ejerciéndola.

Cuando un acto se somete a votación, hay tres posibilidades: votar que sí, votar que no o abstenerse. No valen martingalas ni explicaciones idiotas, no nos vendan la moto. Aquí hay una flagrante expresión de odio, que los y las socialistas podían haber evitado. Así que, señoras y señores del PSOE, respondan: ¿Por qué permiten que Vox lleve su odio contra nosotras al Congreso? ¿Por qué han votado que sí?
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