Opinión
La salud de las mujeres está en riesgo

Periodista
-Actualizado a
Es todo tan tremendo que no sé por dónde empezar. Si eres mujer y estás enferma, cruza los dedos y buena suerte. Empiezo por lo más escandaloso: las dos mil pacientes con retrasos en los diagnósticos del cáncer de mama en Andalucía, durante el cribado. Se sabía desde 2024, ahora salta la noticia y su presidente, Moreno Bonilla, añade que se hacía así para no dar “ansiedad” a las mujeres. Como si ansiedad no fuera la que tienen ahora y las que quizás han pasado de un estadio 1 a 3, porque cada mes en un cáncer cuenta para vivir. Es un despropósito absoluto. Añade a esto, los recortes y la privatización sanitaria, y el cóctel es perfecto.
Una se pregunta también por qué ha pasado esto justo en el cáncer de mama, en el que nos afecta en un amplio porcentaje a nosotras. No es casualidad tampoco que haya sido una mujer la paciente internada dos meses contra su voluntad por anorexia, cuando lo que tenía era un trastorno digestivo. La clínica ha sido condenada por este diagnóstico erróneo y la sentencia denuncia el sesgo de género en la medicina por la "banalización de los síntomas de las mujeres, que reciben más diagnósticos de ansiedad, depresión o somatización en detrimento de investigar causas físicas reales". Que cada año a las mujeres se les receten el doble de ansiolíticos que a los hombres no es casualidad, es porque se desprecian los síntomas que relatamos.
Los casos de cáncer de mama o este último que narro se suman a otros muchos con el mismo patrón. El sesgo de género provoca que 700 enfermedades se diagnostiquen con retraso o se destinen menos recursos. Una mujer en Cataluña, tras 150 visitas al médico, fue valorada como hipocondríaca y cancerofóbica, cuando lo que tenía era un prolapso uterino. Olatz Márquez murió de cáncer tras un diagnóstico tardío por ser joven y mujer. Otras denuncian sesgos paternalistas. Otras, las ignoradas por las consecuencias de la vacuna del Covid en la regla. O cuando tienes dolor menstrual, te ponen de pirada, pero en verdad tienes una endometriosis como una catedral. Estoy convencida de que muchas comentarán este artículo con sus casos. Yo misma tendría para contar una película. A mi madre le decían que su cáncer de colon era la osteoporosis en las costillas.
Esto me enfada más ahora, donde tenemos a Vox, con aplauso del PP, inventando un síndrome posaborto que no existe. El machismo es especialista en no diagnosticarnos bien, pero sí en sacar síndromes de la chistera. Qué vamos a contar de la basura del síndrome de alienación parental. Pero pasan por alto la depresión posparto, no se vaya a arruinar la idea de la maternidad.
Si venimos de una historia donde cualquier conducta fuera de la norma era histeria, donde las adúlteras eran ingresadas por ninfomanía o la depresión era “melancolía femenina”, qué vamos a esperar. Por no hablar de las esclavas negras sometidas en ginecología a experimentos médicos y que acabaron muertas. O la historia de las internadas por sus maridos con la excusa de la locura pero que, en verdad, querían quitárselas de encima. La palabra de ellos sí que valía.
Se ha avanzado muchísimo, gracias también a doctoras o enfermeras incorporadas a la medicina, y doctores que se sumaron a combatir ese sesgo. Pero queda mucho pendiente. Sobre todo por lo que viene. La generación de incels e influencers machistas van soltando, como si fueran teorías, cosas como “trastorno de la feminazi” o el “síndrome de la mujer alfa dominante”.
En fin, que si eres hombre y enfermas, estás de suerte porque al menos tienes más opciones de que crean tu palabra, de entrada. Y eso es básico. La nuestra será más puesta en duda, solo por ser mujeres. Un patrón que atraviesa siglos y que sigue cobrando un precio muy caro: pagar con nuestra salud o con nuestra propia vida.
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