El PP ha recibido esta semana un severo varapalo en las elecciones a rector de la Complutense. Su candidato declarado, el catedrático de Bioquímica Federico Morán, ni siquiera ha sido capaz de pasar a la segunda vuelta. Finalmente, dos hombres con notorio perfil de izquierdas, José Carrillo y Carlos Andradas, ambos matemáticos, jugarán la partida definitiva el próximo miércoles.

Hacía años que el PP no tenía ninguna opción de situar a alguien de su cuerda al frente de la universidad presencial más grande de España. Aunque la Complutense ha sido gobernada por rectores de significación política opuesta a la suya durante las tres últimas legislaturas (Carlos Berzosa y el propio Carrillo), siempre ha habido un candidato de derechas en la segunda vuelta.

Que esta vez no sea así seguramente tiene mucho que ver con el hecho de que Morán fuera, hasta que se presentó a las elecciones, un íntimo colaborador de José Ignacio Wert. El ministro de Educación no es precisamente el hombre más querido en la universidad española, y sus decisiones en materia de enseñanza superior han merecido reiterados desplantes de la mayoría de los rectores.

Morán, como director general de Política Universitaria primero y como secretario general de Universidades después, participó activamente en el diseño de esas medidas. Entre ellas, el futuro modelo de carreras, con tres cursos de grado y dos opcionales de máster (el conocido 3+2), que ha puesto en pie de guerra a buena parte de una comunidad zarandeada por los continuos cambios.

En la campaña electoral, Morán ha sudado la gota gorda a la hora de justificar su apoyo a ese modelo, que constituye una auténtica tomadura de pelo para la universidad y un atraco para los estudiantes. Una tomadura de pelo porque no han pasado ni cinco años desde que se pusieron en marcha las actuales carreras y un atraco porque los nuevos títulos estarán devaluados o serán más caros.

El 3+2 y, por supuesto, los notables recortes en el importe de las becas, tan onerosos para los alumnos con menos recursos económicos, sin duda han pasado factura a Morán en las urnas. ¿Habría tenido más posibilidades otro candidato menos contaminado por Wert? Eso ya nunca lo sabremos.

Lo sí está claro es que, gane quien gane el miércoles, la Complutense volverá a tener un rector de izquierdas. Aunque, si la Comunidad de Madrid (que la tutela) sigue gobernada por el PP, siempre podrá influir en ella por el sencillo procedimiento de complicarle la vida, como hizo sin el menor reparo durante el primer mandato de Carrillo y el segundo de Berzosa.