El secretario de Estado John Kerry, que no para de reunirse con dirigentes de los países del Golfo, ha declarado que Washington está preparando un nuevo paquete de medidas de seguridad para la región.

Por supuesto, ese nuevo paquete de medidas conducirá a la venta masiva de armas. De hecho, Arabia Saudí y los demás países del Golfo no paran de armarse. Sus principales proveedores son Estados Unidos y Francia, por este orden, aunque Francia en las últimas semanas ha firmado un puñado de multimillonarios acuerdos de ventas de armas.

Los países del Golfo dicen que están preocupados por Irán, un país que nunca ha atacado a ningún vecino y que sin embargo ha tenido que soportar agresiones de todo tipo que en gran parte han sido financiadas por los saudíes y sus aliados.

Riad teme una expansión de Teherán en la región y el inveterado odio hacia los chiíes se manifiesta en todas partes donde los hay.

No solo en Siria, Líbano, Yemen o Bahrein, sino incluso dentro de la propia Arabia Saudí donde existe una minoría chií que aproximadamente comprende el 35 por ciento de la población del país.

Evidentemente es una minoría discriminada de mil maneras, algo que no puede decirse de la minoría suní que vive en Irán.

El 13 de mayo el presidente Obama se reunirá con los jefes de Estado de los países del Golfo en Camp David. Habrá que ver los resultados de este encuentro y sobre todo las repercusiones que tiene a medio y largo plazo.

Algunos de esos países temen que el acuerdo sobre el programa nuclear iraní esté marcando un cambio de actitud de Washington en la región. Hay analistas que señalan que el petróleo de Oriente Próximo ya no es tan vital para los intereses de Washington.

Pero esto solo son conjeturas. Los americanos tienen decenas de bases militares en la zona sin contar con buques de guerra que la vigilan permanentemente y que no permitirían una expansión iraní más allá de lo razonable, que naturalmente debe descartarse.

Este juego de miedos y garantías sirve para poner los cimientos a un nuevo y ambicioso programa de venta de armas. Los países del Golfo tienen dinero de sobras mientras que Estados Unidos y Francia tienen armas de sobras.