Las elecciones estudiantiles que han tenido lugar en la universidad de Birzeit, en Ramala, han dado una clara victoria a la lista de Hamás por primera vez.

Su lista ha obtenido 26 representantes mientras que la lista de Fatah, el partido del presidente Mahmud Abás, se ha tenido que contentar con 19 representantes.

Evidentemente, estos resultados van mucho más allá de reflejar el estado de ánimo de los estudiantes y se interpretan como un cansancio de la población de la Cisjordania ocupada, descontenta con el gobierno de Abás.

Los palestinos de Cisjordania han comprobado que el gobierno de Abás, que fue elegido presidente hace más de una década, justo después de la muerte de Yaser Arafat, no ha conseguido absolutamente nada por más que se ha esforzado en satisfacer las continuas demandas de Israel.

Algunos analistas han señalado que si los resultados de Birzeit se proyectan en el conjunto de Cisjordania, Hamás volvería a ganar las elecciones holgadamente, como ya ocurrió en las últimas legislativas de 2006, cuando arrolló a Fatah.

También indican que los resultados de la universidad de Birzeit muestran que la población de Cisjordania está cansada de esperar y esperar mientras Israel sigue expandiendo las colonias judías en los territorios ocupados, y por el contrario, son favorables a la resistencia activa contra la ocupación.

En realidad, en Cisjordania se sostiene artificialmente el presidente Abás gracias a la abultada ayuda exterior, principalmente de la Unión Europea, que con su dinero compra la pasividad del gobierno palestino y trata de limpiar su conciencia.

Ese dinero sirve para mantener un aparato burocrático que crea el espejismo de que los palestinos no están disgustados. Pero, efectivamente, se trata solo de un espejismo ya que los resultados de Birzeit muestran el desencanto y la impotencia de la población de Cisjordania.

El dinero de los europeos contribuye a perpetuar la ocupación, con el agravamente de que en realidad es una ayuda que se le da a Israel puesto que a los palestinos solamente se les permite adquirir productos israelíes.

Esta situación no puede prolongarse indefinidamente, pero es evidente que cuando estalle, Europa volverá a "lamentarlo" cínicamente como ha hecho hasta ahora y a publicar un sinfín de comunicados, sin admitir que gran parte de la responsabilidad de lo que ocurre en los territorios palestinos es suya.