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El populismo de Uribe se impone en Colombia

La incertidumbre preside el futuro de las FARC y el final del mandato presidencial de Santos tras la victoria del NO en el plebiscito sobre los acuerdos de paz.

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El expresidente y senador colombiano, Álvaro Uribe Vélez. - EFE

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Como es sabido, en un plebiscito suelen ponerse en el tablero cuestiones que no tienen que ver con la pregunta que se plantea formalmente. También se visiona al final una foto fija del país que vota, más allá de un SÍ o un NO. En la Consulta del domingo en Colombia afloraron cuatro factores que no aluden directamente a la aprobación o negación de unos acuerdos con las FARC, que ya habían sido firmados varias veces y publicitados por parte del presidente, sus delegados y el jefe de la guerrilla en distintas ocasiones: La Habana, Naciones Unidas, Cartagena de Indias…

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Luego, dos factores decisivos y de alguna forma encadenados que inciden en este país prácticamente desde hace más de un siglo: la raíz conservadora de su población, irracional y manipulable por iglesias, caciques locales y regionales y, en general, una casta política sin escrúpulos, sumada a un anticomunismo bien insuflado desde la Guerra Fría a partir de la Política de Seguridad Nacional dictada por Estados Unidos, cuya embajada en Colombia es, por cierto, una de las más nutridas del mundo.

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Votantes del NO celebran los resultados del plebiscito. - REUTERS

Uribe centra su alternativa en “renegociar” los acuerdos firmados por Santos y las FARC en varios aspectos: eliminar la Justicia de Paz y lo que considera “impunidad” ─en resumen, que los dirigentes de las guerrilla vayan a la cárcel─; volver a considerar condenable el narcotráfico, absuelto ahora como “conexo” a la rebelión; eliminar la posibilidad de que las cabezas de las FARC puedan hacer política; y otros aspectos que presentan solapadamente, como que no se toque el statu quo del campo colombiano y se suspenda la entrega de tierras a los campesinos expropiados ilegalmente o que carecen de ella, y se suspenda el programado censo rural para que se conozca la realidad de un sector que ha sido el origen histórico de la violencia en Colombia.

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