El valor, a veces, tiene un alto precio. Decía Hermann Hesse que nada resulta más inquietante para el orden social que una persona valiente. Por eso, quienes aspiran a perpetuar el statu quo odian a los valientes, y en esta recta final de la campaña hemos visto como las gastan con los que osan plantarles cara. En los últimos días se ha excluido a nuestros candidatos de importantes debates electorales. Hemos sufrido la más injusta de las censuras, con el bloqueo de cuentas en Twitter, incluyendo la mía propia a sólo siete días de las elecciones. Se difunden bajo un aura de imparcialidad noticias escandalosamente tendenciosas. Y se ha llegado a hacer el escarnio más zafio de la figura de mi amiga Pilar Lima en un programa televisivo de máxima audiencia, por parte de unos miserables que se encuentran a años luz de su talla intelectual y humana.

La valentía tiene un precio, pero creo honradamente que, tanto yo como mi fuerza política, podemos rendir cuentas ante la sociedad valenciana con la cabeza bien alta, pues hemos conseguido influir decisivamente para que las políticas desplegadas por la Generalitat se hayan orientado a favor de las clases medias y trabajadoras. La reducción de la tasa de paro, un marco fiscal más justo para que pague más quien más tiene, la reversión de las privatizaciones de hospitales o la aplicación, por primera vez en décadas, de políticas públicas de vivienda son algunos logros que, seamos claros, no hubieran sido posibles sin la presencia de Unides Podem en el Govern valencià. En el área de vivienda, en concreto, hemos creado ex novo un aparato administrativo que ha sentado las bases de un sistema público, ampliando el parque de vivienda, enfrentando el poder de los fondos buitres, protegiendo a las familias del poder financiero y de los fondos de inversión, y rehabilitando miles de casas en los barrios siempre olvidados.

Y esto solo es el principio. Si estamos con más fuerza en la tercera edición del Botànic, si nos la dais con vuestro voto el próximo 28 de mayo, seguiremos trabajando para transformar la realidad valenciana con una acción de gobierno que defienda al pueblo del dinero y responda a las necesidades básicas de la ciudadanía.

Se están produciendo abusos en los precios de los alimentos y hay muchas familias que ya no pueden llenar la nevera; por eso necesitamos una cadena de supermercados públicos, y nosotros estamos dispuestos a impulsarla. Igual que trabajaremos por la creación de una industria farmacéutica valenciana que evite la especulación con los medicamentos y un desabastecimiento que empieza a ser preocupante. Igual que limitaremos desde el primer día el precio de los alquileres, porque nuestros jóvenes necesitan emanciparse y emprender su propio proyecto de vida, lo que no es posible sin acceso a la vivienda.

El miedo lo inmoviliza todo. Hace falta valentía social y política, porque solo desde la valentía es posible cambiar las cosas. Vosotros y vosotras lo sabéis mejor que nadie y lo estáis demostrando en esta campaña electoral. La gente sabe mucho más de lo que algunos se imaginan, el “boca a boca” está funcionando, las redes arden y no es tan fácil engañar al pueblo como antaño. Algunos de esos poderosos que temen perder sus privilegios están desesperados, y muerden con la rabia de los que, una vez más, fracasaron en su intento de matar la esperanza.

Esto sólo es el principio. Sed valientes a la hora de introducir la papeleta en la urna, ese instante mágico en el que cada uno de vosotros es igual de poderoso que Juan Roig, y nosotros seremos valientes en la acción de gobierno.

Estamos preparados. David puede vencer a Goliat.