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Refugiados de Lesbos Lesbos, después del fuego

Grecia ya ha puesto en práctica en Lesbos una de las medidas que se lanzaron como globo sonda el pasado año: la construcción de centros de detención de migrantes para facilitar las deportaciones.

  • jairo vargas

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    El esqueleto calcinado de Moria

    Hace una semana del incendio del campamento de refugiados griego de Moria, en el que vivían aproximandamente 13.000 refugiados. 

  • Varios romaníes recoge chatarra en el campo de Moria, arrasado por varios incendios la pasada semana / JAIRO VARGAS

    jairo vargas

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    Los restos del incendio

    Moria está rodeado de ceniza y troncos carbonizados. El silencio se rompe de vez en cuando por los martillazos de varios romaníes que ahora cargan la chatarra que el fuego ha teñido de óxido y negro.

  • Un grupo de solicitantes de asilo camina por un sendero hacia el nuevo campo de refugiados en Lesbos / JAIRO VARGAS

    jairo vargas

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    De camino hacia el nuevo campo de refugiados 

    Ya no se ven las pancartas ni se oyen las protestas que hace escasos días recorrían esa misma carretera exigiendo libertad, mostrando su rechazo a salir del infierno de Moria para acabar en "una cárcel".

  • Refugiados hacen la compra en el supermercado cercano al campo / Jairo Vargas

    jairo vargas

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    El parking de un supermercado, uno de los refugios de las personas migrantes

    El Lidl, a apenas un kilómetro de la puerta principal del nuevo campo, ha vuelto a abrir al público. A media mañana, la cola de personas refugiadas que esperan para comprar algo de comida rodea toda la fachada.

  • Un grupo de solicitantes de asilo camina por un sendero hacia el nuevo campo de refugiados en Lesbos / JAIRO VARGAS

    JAIRO VARGAS

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    Hambre y cansancio de camino al campamento

    En los terrenos de detrás del supermercado ya empiezan a dibujarse pequeños caminos en el matorral seco que conducen a las carpas. Un goteo de familias cargadas con bolsas de comida va y viene desde las alambradas que aún no están del todo instaladas.

  • Las carpas de ACNUR del nuevo campo de refugiados de Lesbos, al fondo, la costa turca / JAIRO VARGAS

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    Una cárcel para refugiados

    El nuevo campo levantado contrarreloj por el Ministerio de Migración es, ahora mismo, un centro de detención de refugiados amparado por la emergencia sanitaria del coronavirus.

  • Kazen grupo de solicitantes de asilo camina por un sendero hacia el nuevo campo de refugiados en Lesbos / JAIRO VARGAS

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    Viviendo en un antiguo campo de tiro del ejército

    La nueva instalación está situada a unos dos kilómetros de la capital de Lesbos, Mitilene, en un viejo campo de tiro del ejército, cerca del pequeño campo de Kara Tepé, erigido a comienzo de la crisis migratoria en 2015 para acoger a los grupos más vulnerables y a enfermos.

  • Kazem muestra sus cicatrices en el aparcamiento del supermercado / Jairo Vargas

    jairo vargas

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    Las cicatrices de Kazem Mirzaye

    Kazem Mirzaye muestra una enorme cicatriz parte en dos su bíceps, recuerdo de una pelea con la policía de Moria a los pocos meses de llegar. "Mi mujer estaba embarazada y no querían llevarla al hospital", explica en inglés.

  • Varias personas refugiadas recorren la carretera de Mitiline hacia el nuevo campo para solicitantes de asilo / Jairo Vargas

    jairo vargas

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    Obligados a entrar al nuevo campo de refugiados

    El Ministerio de Migración, a través de sus redes sociales, panfletos y agentes vestidos de civil hacía circular el mensaje de que no se continuaría con ningún trámite de asilo para quien no cruzara la verja del nuevo campo.

  • El interior del campo de refugiados de Lesbos / CEDIDA POR UN REFUGIADO DEL CAMPO

    CEDIDA POR UN REFUGIADO DEL CAMPO

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    Lo que esconde el nuevo campo de refugiados de Lesbos

    Según explica uno de los refugiados: "Dentro no hay apenas nada. Ni electricidad, ni agua para lavarse, ni retretes suficientes para miles de personas. No hay casi comida".