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22-M, primer acto del año del cambio

La presencia exclusiva en el Parlamento andaluz de PSOE, PP e IU tiene las horas contadas con la entrada en tromba de Podemos y Ciudadanos, según las encuestas. Los pactos postelectorales se presentan como la única apuesta segura y condicionarán las elecciones que vienen.

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Susana Díaz (PSOE) (i), Juanma Moreno (PP) y Teresa Rodríguez (Podemos), retratados para sus respectivas campañas. REUTERS

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MADRID.- Seis millones y medio de andaluces deciden mañana quién quiere que gobierne la Junta durante los próximos cuatro años. En teoría. La práctica es, por primera vez en 23 años de Ejecutivo socialista, mucho más compleja; mucho más que cuando PSOE e IU gobernaron juntos por encima de un PP capitaneado por Javier Arenas (hoy, número cuatro por Almería) que se quedó a cinco escaños de la mayoría absoluta (55), en 2012.

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La consolidación de Podemos en el panorama político y su alcance es una de las grandes incógnitas de hoy

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El tripartidismo andaluz (con permiso del Partido Andalucista, que perdió sus diputados en 2008) está a pocas horas de desaparecer y de ampliarse, como mínimo, a un pentapartidismo con dos formaciones nuevas (Podemos y Ciudadanos); que podrían ser seis, si UPyD consigue escaños, algo que demasiados sondeos le niegan.

El candidato de IU a la Presidencia, Antonio Maíllo, junto a su equipo de campaña.

La descrita es, sin embargo, una de tantas combinaciones que pueden darse en las próximas horas, pero que refleja cómo se disputarían el voto abstencionista las cinco formaciones: PSOE, Podemos e IU (izquierda y centro-izquierda) y PP y Ciudadanos (derecha y centro-derecha). Esta batalla la recogen no sólo los sondeos, sino que la admiten también los dirigentes de los partidos cuando se alejan de los ardores de los mítines de campaña y de los discursos enlatados en los que cada uno obtiene la mayoría absoluta y sólo contempla esa posibilidad.

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Hay temor disimulado al descalabro en el 'tripartidismo' y euforia contenida entre los nuevos

Hay temor al descalabro en el tripartidismo y euforia contenida entre los nuevos, que se golpean el pecho en los actos electorales ante sus seguidores pero se muestran precavidos entre bambalinas para evitar grandes decepciones. Con todo, tanto en Podemos como en Ciudadanos la convicción de que inauguran un cambio histórico en Andalucía -extrapolable desde mayo al resto de España- es un hecho. Como tendrá que serlo el cambio de discurso y actitud de los líderes de PP y PSOE hacia ellos si sus buenas perspectivas se confirman hoy, tras cerrarse los 3.835 colegios electorales del territorio andaluz.

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