Este viernes se cumplen 47 años de una mañana en la que la violencia de la Policía Armada segó la vida de tres trabajadores en Granada. Manuel Sánchez Mesa, Cristóbal Ibáñez Encina y Antonio Huertas Remigio se manifestaban por la mejora de sus condiciones de trabajo en el marco de un conflicto laboral en el sector de la construcción, en el que se reclamaba una jornada laboral de ocho horas, la abolición del trabajo a destajo, sueldo base de 240 pesetas diarias y el fin de las horas extras.

El periódico Ideal de Granada dijo al día siguiente que la policía atacó a los manifestantes porque "hubo necesidad de repeler la agresión" y que "por la gravedad de los hechos, producidos sin clara motivación aparente, se ha ordenado una urgente investigación de los mismos". Un Juzgado Militar, como venía siendo acostumbrado, eximió de responsabilidad a los agentes en marzo de 1971.

 Un monumento recuerda hoy a estos tres trabajadores, asesinados por reclamar sus derechos laborales. Días más tarde se firmó el convenio de la construcción, logrando algunas mejoras y llegando a ser considerado de los mejores de España: el salario del peón se fijó en 175 pesetas y el del oficial de primera en 195 pesetas, consiguiéndose una jornada laboral de 48 horas semanales.