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Negociación, acuerdo y referéndum: así será la hoja de ruta del PNV

Acuerdo sí, conflicto no

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El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, durante la celebración del Alderdi Eguna. / EFE

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BILBAO.- Los militantes del PNV jamás olvidarán el ejercicio de sinceridad que les propuso Andoni Ortuzar, máximo responsable de dicha formación, durante un acto celebrado el último viernes de agosto en Zarautz. “Que levante la mano el que se considere independentista”, retó a sus seguidores, que respondieron con un mar de brazos apuntando al cielo. El mensaje iba dirigido a sus filas, pero también a las filas de los rivales, tanto si están en Bilbao como si ocupan oficinas en Madrid: este veterano partido, que hoy disfruta de sus máximas cuotas de poder en Euskadi, nunca renunciará a su objetivo final. Otra cosa es el camino elegido para ello.

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El secretario de la ejecutiva del PNV, Koldo Mediavilla, aseguró a Público que esta ponencia permitirá “identificar los ámbitos fundamentales para la elaboración de un nuevo estatus”. “Dicho de otra forma –continúa-, vamos a establecer cuáles son los elementos sustanciales sobre los que debe basarse una propuesta jurídico-política” que afectaría de lleno al Estatuto de Gernika, norma por la que actualmente se rigen las relaciones entre Euskadi y España. Precisamente por eso, Mediavilla recurre a palabras como “consenso”, “diálogo” y “negociación”. Pero también habla de ese otro concepto tan temido desde La Moncloa: referéndum.

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Acuerdo sí, conflicto no

El plan de la formación que dirige Iñigo Urkullu otorga especial relevancia a un hipotético “pacto” con el Estado, lo que –en palabras de Koldo Mediavilla- permitirá “una acción bilateral y consensuada” entre Vitoria y Madrid. “La pretensión del PNV es que pueda existir un nuevo marco jurídico-político, pero estamos hablando desde el acuerdo, no desde el conflicto y la separación”, subraya. A la hora de definir su modelo, los nacionalistas no miran a Catalunya, sino hacia el Reino Unido. O mejor dicho, hacia Escocia. “No queremos un modelo de unidad impuesto, sino de unión pactada. Se trata de un acuerdo entre iguales con una soberanía compartida. O mejor dicho, no es un acuerdo no unilateral de subordinación, sino de unión voluntaria”, defiende Mediavilla.

Esta hoja de ruta también se vería afectada –para bien o para mal- por una posible reforma constitucional, sobre todo si el PSOE gana las elecciones y, seguido, cumple con sus promesas de modificar la Carta Magna. El panorama sería aún más prometedor si ganase Podemos, una fuerza política que ha dicho en reiteradas ocasiones que respeta y reconoce el derecho a decidir. Por el contrario, un gobierno de Ciudadanos –férreo defensor de la unidad de España- mantendría el camino de curvas y piedras que deja el PP.

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