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Análisis Ferraz y San Vicente: etapa de sintonía

El acuerdo sobre las diputaciones andaluzas es el primero de relevancia en mucho tiempo entre las direcciones de Pedro Sánchez y Susana Díaz

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, junto a la líder del PSOE andaluz, Susana Díaz (i) y la ministra de Hacienda María Jesús Montero (d), al inicio del acto electoral previo al comienzo de la campaña de las elecciones generales en Dos Hermanas (Sevilla). REUTERS/Jon Nazca

raúl bocanegra

Ferraz y San Vicente cerraron este lunes un acuerdo para elegir a los presidentes y a los miembros de las seis diputaciones andaluzas que los socialistas controlan. Todos los que estaban (los secretarios generales de Jaén, Paco Reyes; Huelva, Ignacio Caraballo; Córdoba, Antonio Ruiz; Granada, José Entrena, y la secretaria general de Cádiz, Irene García) repetirán en su puesto, incluido, por el momento, el sevillano Fernando Rodríguez Villalobos, muy vinculado a Susana Díaz, y a quien Kiko Toscano, el eterno alcalde de Dos Hermanas, y adalid del presidente en Andalucía, tenía en su punto de mira.

El acuerdo revela que la reunión -y la gestión posterior de la misma- que mantuvieron Pedro Sánchez y Susana Díaz al día siguiente de las elecciones municipales y autonómicas, que inició un cambio de clima entre los, en otros tiempos, íntimos enemigos, ha comenzado a dar sus frutos. La palabra sintonía -coincidencia de ideas u opiniones- fue una de las elegidas por el PSOE de Andalucía en el comunicado en el que se hizo público el acuerdo. "Se ha reforzado el compromiso común de seguir profundizando en el trabajo conjunto y coordinado", se puede leer también en la nota.

Es el primer entendimiento de relevancia entre Ferraz y San Vicente en mucho tiempo. Santos Cerdán, el secretario de Coordinación Territorial de Sánchez, y Juan Cornejo, secretario de Organización de Díaz, estuvieron reunidos en Madrid durante varias horas para cerrar los detalles.

Cinco de los presidentes de las diputaciones son los secretarios generales de su provincia y el sexto, Rodríguez Villalobos, es el presidente del partido en Sevilla. Sacar de las diputaciones, en este momento, a los referentes orgánicos de cada provincia hubiera sido una decisión de inciertas consecuencias. Una conclusión, por tanto, del acuerdo es que la renovación del partido, de hacerse, se producirá en el lugar previsto para ello. En los congresos.

Los socialistas tienen en este momento el horizonte orgánico despejado hasta el año 2021, salvo que, por las razones que sean, la dirección decida adelantar el periodo de Congresos al año que viene, 2020. Entonces será cuando Díaz -y a continuación el resto de secretarios generales provinciales- someta su puesto al veredicto de la militancia.

La última bronca entre direcciones se había producido por las listas a las generales, que se convirtieron en un pulso entre San Vicente y Ferraz. La dirección federal hizo finalmente unas listas a su gusto.

Después, la victoria de Pedro Sánchez en las elecciones generales fue tan contundente que lo convirtió de un plumazo, de un día para otro, en el indiscutido líder del PSOE. Los socialistas tienen otra vez, con Sánchez, tras años de guerras, una referencia y un proyecto. Durante la campaña electoral de las municipales, que se celebraron un mes después de las generales, y que refrendaron la buena salud electoral del PSOE, la relación entre las estructuras ya mejoró.

Reunión el 27 de mayo

La reunión de los secretarios generales del pasado día 27 de mayo acabó por cambiar el clima entre Sánchez y Díaz, entre Ferraz y San Vicente. No es suficiente un simple encuentro, sin embargo, para lograr que sea de verdad, sino que las relaciones se trabajan. En esta ocasión, según las fuentes consultadas en San Vicente, cercanas a la secretaria general, está siendo así. Díaz se está trabajando el entendimiento, la sintonía, la lealtad hacia Sánchez.

Después de años de enfrentamientos y de una cohabitación muy difícil, los socialistas andaluces pelean ahora por regresar a una normalidad, a la tradición, en la que el peso del PSOE de Andalucía, la federación más numerosa del partido y la que ha sostenido a los socialistas en las horas más oscuras en términos electorales, se haga valer con toda lealtad hacia la dirección de Ferraz.

Esta vez, según las fuentes, Díaz va en serio. La expresidenta de la Junta quiere que San Vicente y Ferraz vayan de la mano, cooperen, y empujen en la misma dirección, la que marque Sánchez, el líder, en unos tiempos políticos intrincados, en los que las derechas trabajan codo con codo con la ultraderecha para conquistar todo el poder institucional del que sean capaces. 

Díaz, quien es bien perseverante en sus decisiones políticas, como saben tanto sus compañeros de partido como sus amigos y como sus enemigos, tanto en la guerra como en la paz, garantiza la lealtad y la colaboración del PSOE de Andalucia y la de ella misma a las iniciativas que lidere Sánchez.

El mantra todos somos de Sánchez que se ha repetido en alguna ocasión sin mucha fe es real en esta ocasión, según las fuentes consultadas en San Vicente. La dirección andaluza quiere que se vayan poco a poco diluyendo términos como sanchista o susanista, para ser sustituidos por el que los une a todos ellos: socialistas. En esa línea de trabajo se enmarca el acuerdo entre las direcciones para las diputaciones, donde se ha hecho una especie de tabula rasa y se han incluido nombres de todo tipo, también el de personas que en los años de la guerra han estado en una u otra trinchera.

Relevantes fueron, en este sentido, las palabras de Rodríguez Villalobos, presidente de la Diputación de Sevilla, en las horas previas al cierre del pacto entre Ferraz y San Vicente, en las que admitía sin tapujos que su cargo dependía de Sánchez: "Soy un humilde militante. La última palabra es del PSOE federal”.

Las derechas y la ultraderecha, un solo bloque

El episodio de la semana pasada en el Parlamento de Andalucía, en el que Ciudadanos, PP y Vox amanecieron, merced a su acuerdo presupuestario, como un solo bloque, y se garantizaron una larga legislatura -y las alianzas de esos mismos tres partidos en los ayuntamientos de todo el país aconsejan también, de algún modo, al PSOE a trabajar en la unidad de acción y de discurso, en la sintonía.

Para Ferraz, mientras negocia una investidura de Sánchez con muchas aristas, en la que se juega la estabilidad del proyecto que salió ganador de las urnas, y mientras se deciden varios gobiernos autonómicos, es importante contar con el apoyo de Andalucía, no tener un incendio que les reste energías en el sur. 

En este contexto político, con el PSOE de Andalucía en la oposición por primera vez además, se impone por tanto la colaboración entre las direcciones y el regreso a una normalidad orgánica. Con el tiempo, se verá hasta dónde llega este cambio de clima y en qué se convierte, pero de momento, el acuerdo en las diputaciones señala el comienzo de una etapa de colaboración y entendimiento, de sintonía, entre Sánchez y Díaz y, por ende, entre Ferraz y San Vicente.

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