Este artículo se publicó hace 2 años.
El análisis de Pablo IglesiasBoric
Pablo Iglesias
Madrid-Actualizado a
Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas… Y sin embargo, como decían los Habeas Corpus en "Largo y cálido verano": Si el pasado se refleja en el presente, no esperes que el futuro vaya a ser diferente.
Boric ganó y con él la democracia ganó a la ultraderecha. La sensación de que con su victoria Allende volvía en forma de millones de chilenos se apoderó de la izquierda en todo el mundo. Y de Chile llegó una voz de multitudes cantando "el pueblo unido jamás será vencido". Y Boric repitió a los millares que celebraban la victoria las palabras de Allende: Los invito como se invitara hace muchos años ya a que vayan a sus casas con la alegría sana de la limpia victoria alcanzada.
Pero lo de Chile no es pasado. Chile es presente y futuro. Chile es hoy la encarnación institucional y constituyente de un pueblo que salió a las calles en 2019. Chile está lleno de particularismos pero también enseña. Enseña que no se gana a la ultraderecha aceptando sus marcos. Enseña que es falso eso de que el extremo centro sea la única alternativa a la barbarie ultra, como aquí repiten muchos. En Chile la izquierda ha sabido hablar de radicalización democrática y lograr una contundente victoria en la que muchos no creían. La izquierda chilena, el Frente Amplio, el Partido Comunista y todas fuerzas que conforman Apruebo Dignidad, no quedaron ensimismados ni presos de sí mismos, sino que supieron interpretar los deseos democráticos de su pueblo, que van mucho más allá de lo que representó en el pasado la concertación. Y a partir de ahí supieron convertirse en el instrumento político para el cambio en Chile que deberá acompañar a su Convención constitucional.
Su gobierno asumirá el feminismo como eje de su acción. Las mujeres han sido determinantes en la derrota del candidato de la ultraderecha y de los poderes económicos en Chile. Izkia Siches recorriendo el país fue el revulsivo en la segunda vuelta.
En el gobierno de Boric se integrarán figuras de familias políticas muy diferentes al Frente Amplio y al Partido Comunista. Ello revela la hegemonía y la capacidad de llegar a acuerdos de Apruebo Dignidad pero también su necesidad de dar forma institucional a la amplia base ideológica y electoral que les llevó a la victoria. El presidente tendrá que enfrentar una correlación de fuerzas parlamentaria muy difícil y tendrá enfrente también a sectores muy poderosos de los poderes económicos y mediáticos que no dudarán en criminalizar un programa que básicamente quiere que exista algo parecido a un estado del bienestar en Chile y que derechos sociales tan básicos como la salud, la educación o la vivienda digna, dejen de ser los privilegios de una minoría.
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