En primer lugar quería dar algunos datos sobre las consecuencias de la gestión del PSOE y PP en Andalucía. Andalucía es la cuarta región con más paro de España, sólo superada por Ceuta, Melilla y Canarias. La tasa de paro alcanza el 19,4%, 6 puntos más que la media estatal. Andalucía es también una de las regiones con más pobreza y exclusión social. Según un informe de Cáritas la población en situación de exclusión en Andalucía ha pasado del 19% en 2018 al 26% en 2021. Esto se traduce en 2,2 millones de personas en exclusión social.

Además, Andalucía es la segunda Comunidad Autónoma con el PIB per cápita más bajo de España.

A esto hay que sumar el desmantelamiento de los servicios públicos por parte de la Junta. En concreto, en el actual curso escolar, se han perdido 2.700 docentes; se han suprimido 239 aulas y hay 2.000 unidades educativas menos que en 2018. Además, se han recortado 135 millones de euros a las Universidades Públicas y se ha abierto la puerta a la entrada de las universidades privadas. En lo que respecta a la Sanidad, el Servicio Andaluz de Salud está al borde del colapso. Hay un dato que es demoledor: la sanidad andaluza está considerada como la segunda peor de España. Y es que Andalucía es una de las comunidades con menor número de camas por habitante, con menor número de médicos y enfermeros por habitante y con uno de los presupuestos sanitarios por habitante más bajos de toda España.

En cuanto al debate de ayer fue más bien insulso y no se dio tanto en el plano de las propuestas, sino en el plano ideológico. Además, tal y como han denunciado desde Andalucía, no contó con la presencia de ningún periodista andaluz, ni durante el debate, ni en la mesa de la tertulia posterior.

Vamos a hacer un repaso de algunos elementos del debate electoral.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, mantuvo un perfil bajo y se centró en apelar a los votantes descontentos del PSOE. Durante el debate recordó a Espadas los 37 años de gobierno del PSOE y su paso por los gobiernos de Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Además, insistió en que su aspiración es gobernar en solitario, aunque no aclaró si se apoyaría en Vox en caso de necesitar sus votos.

El candidato de Ciudadanos y actual vicepresidente de la Junta, Juan Marín, defendió la gestión de Moreno y frente al perfil bajo que mostró Moreno, fue el encargado del cuerpo a cuerpo con la izquierda. Marín recordó al PSOE la corrupción durante sus años al frente de la Junta y en una vuelta de tuerca utilizó la corrupción para justificar bajar los impuestos.

El candidato del PSOE, Juan Espadas reivindicó los avances sociales del gobierno central y trató de presentarse como la única fuerza útil para frenar el avance de la ultraderecha.

Por su parte, la candidata de Por Andalucía, Inma Nieto, insistió en la necesidad de reforzar los servicios públicos desmantelados por la Junta y de impulsar una agenda feminista y ecologista. Reivindicó así mismo las políticas de Yolanda Díaz como referencia en España.

Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía reivindicó la necesidad de una organización de exclusivo ámbito andaluz y buscó el cuerpo a cuerpo con Olona. Además, le recordó a la candidata de Vox que si está donde está es precisamente gracias al feminismo.

Y por último, Macarena Olona, con la demagogia habitual de la ultraderecha, se presentó como el único "cambio real" para Andalucía, un "cambio" que pasa por políticas racistas, por negar evidencias científicas como el cambio climático, o negar la existencia de la violencia machista.