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El anuncio de un puticlub en la revista de un sindicato de la Policía desata una guerra interna

Las acusaciones contra su secretario general van desde utilizar el teléfono de Alternativa Sindical de la Policía (ASP) para encuentros con parejas hasta atentar contra la libertad sindical cesando a los cargos que le reclaman cuentas y explicaciones. Él asegura que es un montaje.

Un coche de la Policía Nacional. EFE/Archivo

PATRICIA LÓPEZ

@patricialopezl

MADRID.- Guerra sucia entre dirigentes de Alternativa Sindical de la Policía (ASP), desencadenada después de que su secretario general, Gabriel Retamar, cesara unilateralmente a toda la ejecutiva y a delgados de Alicante, Huelva y Cádiz. La publicación de un anuncio de un puticlub en el número 5 de la revista, que supervisa y edita este dirigente, ha sido el primer capítulo del conflicto desatado en el sindicato que más ha crecido en el último año, de 900 afiliados en 2015 a 2.200 en estos momentos.

Según explica Gabriel Retamar a Público: “Todo es un montaje en mi contra. Los afiliados saben que la publicidad la teníamos contratada con la empresa CB Publigestión, denunciada por estafa y contra la que yo como responsable del sindicato también he interpuesto acciones. Además, el local se anunciaba como pensión y en el momento que me di cuenta retiramos la publicidad y acabamos la relación con la empresa que llevaba estos temas”.

Retamar: “Todos los afiliados tienen mi número de teléfono, aparece en la página web, es muy fácil poner un anuncio falso en una página de contactos. En cualquier caso, eso tendría que ver con mi vida privada”

También alega a una conspiración frente a las acusaciones plasmadas en una demanda contra su gestión en el sindicato y en la que se le acusa de utilizar el móvil del sindicato para ofrecerse en una página de encuentros entre parejas. “Todos los afiliados tienen mi número de teléfono, aparece en la página web, es muy fácil poner un anuncio falso en una página de contactos. En cualquier caso, eso tendría que ver con mi vida privada”.

Sin embargo, en la demanda tiene como principal argumento la opacidad en la presentación de las cuentas del sindicato y en la negativa del secretario general de entregárselas a los comités provinciales. Fue por este motivo por el que Retamar cesó a los delegados de Alicante, Huelva y Cádiz y también al Comité Ejecutivo Nacional. Por eso, algunos afiliados han pedido a la justicia que suspenda a la nueva ejecutiva y a su secretario general y que se nombre una gestora hasta que los tribunales pongan orden.

Él explica que “estas cuentas no pueden enviarse a los domicilios como querían algunos delegados provinciales, pero los representantes que han querido verlas han podido acercarse a la sede y hacerlo”. Pero una de las acusaciones contra él es utilizar su domicilio particular para comunicarse “con los comités provinciales que le siguen cuando estaba preparando el cese de la ejecutiva”, explican a Público algunos afectados por la decisión.

Libertad sindical

Y es que la guerra fratricida viene precedida de tensas discusiones durante meses entre el ex comité ejecutivo de la organización que le exigía más democracia interna, la relación de una Asamblea en la que todos los asistentes pudieran expresar su opinión y la presentación de unas cuentas más transparentes.

Retamar cesó de manera fulminante y unilateral un viernes a principios de este agosto a los cinco secretarios de la ejecutiva —Organización, Riesgos Laborales y Mujer, Acción Sindical y al Portavoz—, que un día antes habían enviado a los comités provinciales y afiliados una carta titulada La Deriva explicando lo que para ellos supone una nefasta gestión del sindicato.

Según el escrito, “no sabemos a qué atenernos, ya que nuestro SECRETARIO GENERAL, hoy dice una cosa y al día siguiente la contraria. Hoy remite correo convocando la Asamblea, días después unilateralmente convoca un congreso y pocos días más tarde firma la convocatoria formal de Asamblea. Es normal, muy normal que algunos Comités Provinciales, tengan un gran lio, que no sepan a qué atenerse y a los que se les está creando tales dudas, que se plantean abandonar la Organización. Pero parece ser que al SECRETARIO GENERAL eso no le importa. Quizá quiera perpetuarse en el cargo al más puro estilo de otros secretarios generales de otras organizaciones sindicales de las que todos sabemos”.

Además le acusan de convertir el sindicato en “un cortijo”, de enseñarles sólo “las cuentas de la vieja” y de infringir los Estatutos “a su libre albedrio, algo que no nos pilla de sorpresa, ya que viene siendo su manera de proceder, desde el día que el CEN, tuvo conocimiento de que se estaba organizando diferentes actuaciones tanto por parte de integrantes de este sindicato, como por parte de gente ajena al mismo, con la intención de desestabilizar la Organización como consecuencia de los numeroso éxitos”.

Pero Retamar se defiende asegurando que el antiguo comité ejecutivo le hacía mobbing y que fueron cesados a petición de “diferentes comités provinciales”. También añade que las cuentas del sindicato que él junto con otros compañeros creó hace cinco años “están claras y saneadas, ahora mismo hay alrededor de 20.000 euros en la cuenta preparados para la celebración del Congreso que se celebrará en el mes de enero”.

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