Cargando...

Aragón condena por vez primera el golpe de Estado de 1936

El rescate de un maquis revela una laguna en la Ley de Memoria

Publicidad

Las Cortes de Aragón han aprobado por unanimidad primar a las empresas fiscalmente transparentes en los contratos de la comunidad.

ZARAGOZA.- Las Cortes de Aragón han aprobado por unaminidad la primera resolución en la que la cámara condena de manera explícita el “golpe de Estado” y el “régimen de dictadura militar” de Franco. La resolución, defendida por el diputado de Cha Gregorio Briz –profesor de historia-, incluye la reivindicación del proyecto de estatuto de autonomía de Caspe de 1936 y el Consejo de Defensa de Aragón, la inclusión de referencias a este último en el currículum educativo aragonés y un llamamiento al Gobierno autonómico para que lleve a la cámara el proyecto de “ley de localización e identificación de las personas desaparecidas durante la guerra civil y la dictadura franquista y de dignificación de las fosas comunes”.

Publicidad

Briz pidió a los grupos “generosidad para lograr de una vez por todas lo que nunca se ha logrado: una condena que dignificaría la posición institucional” de las Cortes. “No se trata de hablar de ajustes de cuentas, sino de cerrar las heridas y reconocer el papel de los que lucharon por la democracia”.

Click to enlarge
A fallback.

El PP, a pesar de votar finalmente a favor, intentó descafeinar la resolución con una enmienda que proponía ampliar la condena a “todo tipo de violencia y represión política en los años previos a la guerra”. Briz la rechazó: “Es complicado. ¿Vamos a 1830? ¿A las guerras carlistas?”.

El PP intentó maquillar las atrocidades del franquismo señalando que “hace 41 años que acabó y desembocó en el periodo más próspero de la historia de España”

Publicidad

Los conservadores, cuyo diputado Fernando Galve intentó maquillar las atrocidades del franquismo señalando que “hace 41 años que acabó y desembocó en el periodo más próspero de la historia de España”, acabaron apoyando la propuesta inicial de Cha, aunque acusando a la izquierda de “querer seguir alimentando el frentismo”.

Gregorio Briz

El rescate de un maquis revela una laguna en la Ley de Memoria

La historia de Francisco Serrano, comandante de uno de los batallones de la Agrupación Guerrillera de Levante, del maquis, ha puesto sobre la mesa una de las lagunas de la Ley de Memoria Histórica: la dificultad, o más bien imposibilidad, de que las familias de víctimas de la guerra civil y la dictadura puedan rescatar sus restos para darles sepultura.

Publicidad

Las Cortes piden que el Gobierno coordine con otras comunidades la exhumación y regreso de aragoneses asesinados durante la Guerra en otros territoriso

La propuesta, impulsada por el su coordinador autonómico de C’s, el historiador turolense Ramiro Domínguez, que ha realizado varias investigaciones sobre el maquis, tiene su origen en la historia de Lidia Serrano, hija de Francisco –alias El Rubio y El Pitarquino-. Su padre dejó la casa familiar cuando ella, nacida en 1936, tenía 10 años. Volvió a verlo dos veces antes de que muriera la madrugada del 3 de agosto de 1954 cerca de Tortosa (Tarragona).

Publicidad

“Pretendo que pueda tener los restos de su padre antes de morir ella”

Lleva desde entonces enterrado en una tumba sin nombre de esa localidad tarraconense. Sin embargo, todas las gestiones y esfuerzos que su hija ha realizado para poder trasladar sus restos a Castellote (Teruel) han resultado infructuosos al no existir medios ni órganos de coordinación entre comunidades autónomas en asuntos de Memoria Histórica. “Lo que pretendo es que pueda tener sus restos antes de que ella muera”, explica Domínguez.

El maquis comenzó a desplegarse por las montañas del Maestrazgo y Beceite tras la fallida invasión del valle de Arán en 1944.

Miembro del grupo de la mítica guerrillera La Pastora

Francisco participó en varias acciones armadas como miembro del grupo de La Pastora, Teresa Pla Messeguer, uno de los miembros del maquis más buscados y que sufrieron penas de prisión más largas –salió en 1977-, en Fortanete, Fes o Las Parras de Castellote antes de abandonar la agrupación guerrillera en 1950, desencantado por su politización. Siguieron subsistiendo a base de golpes y viviendo en el monte, con episodios como la noche que llegaron a compartir techo –pero no piso- con una patrulla de la Guardia Civil en una masía del barranco de Zoticos cuyos habitantes, tras darles cobijo, les ayudaron a huir.

Publicidad

Identificado hace más de cuatro años

Fue identificado hace menos de cinco años, cuando una de las asociaciones de Memoria Histórica que trabajan en Catalunya contactó con un anciano que, casi seis décadas antes, había ayudado a los guerrilleros a trasladar el cadáver a lomos de su mulo hasta el cementerio. “Lo conoció y lo vio marchar”, explica Domínguez, que se ha marcado como meta que Lidia pueda sepultar en el cementerio de su pueblo los restos de su padre.

Publicidad