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Arrimadas y Garamendi presionan al Gobierno para que apruebe la reforma laboral sin tocar una coma del acuerdo

La presidenta nacional de Ciudadanos se ha reunido con el presidente de la patronal para insistir en su posición favorable al pacto que han rubricado los agentes sociales. El partido naranja votará a favor si no se modifica y si el Ejecutivo de Pedro Sánchez "no cede al chantaje" de sus socios de ERC y Bildu, que se han mostrado muy críticos en este asunto. 

La presidenta nacional de Cs, Inés Arrimadas, la secretaria general, Marina Bravo, y la diputada y portavoz económica, María Muñoz, reunidas con el presidente de ATA, Lorenzo Amor, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.
La presidenta nacional de Cs, Inés Arrimadas, la secretaria general, Marina Bravo, y la diputada y portavoz económica, María Muñoz, reunidas con el presidente de ATA, Lorenzo Amor, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Pedro Ruiz

Las cartas llevan días sobre la mesa. La aprobación de la reforma laboral impulsada por Yolanda Díaz se le sigue atragantando al Gobierno de Pedro Sánchez. El pacto al que llegaron los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, con la patronal y el Ejecutivo no convence a algunos de los socios habituales. ERC y EH-Bildu se han mostrado radicalmente en contra de una reforma que consideran "humo". Ante esta tesitura, la alternativa se encuentra en Ciudadanos. Y desde el partido naranja han escenificado hoy su buena relación con la CEOE en un encuentro con su presidente Antonio Garamendi. La presidenta de la formación, Inés Arrimadas, ha insistido en que el Gobierno puede contar con su voto favorable ni se toca ni una coma del acuerdo actual. 

Desde Cs han ido repitiendo este mismo mensaje durante las últimas semanas. Primero, abriéndose a negociar y a escuchar al Gobierno para ser útiles en una reforma que, aunque ven mejorable, no rechazan de plano. Conforme han ido pasando los días, el partido que lidera Arrimadas ha dejado más clara aún su posición. Ya lo adelantó el portavoz parlamentario Edmundo Bal la semana pasada y Arrimadas lo ha reafirmado esta mañana. La llamada del Gobierno a Cs no se ha producido todavía aunque reconocen "conversaciones informales" con el grupo parlamentario socialista. 

"La mayor amenaza es que los socios de Gobierno puedan empeorarla y fragmentar más el mercado laboral", ha señalado Arrimadas, destacando la necesidad de "frenarle los pies al separatismo". "Nos vamos a oponer a que esta reforma fruto del consenso empeore en la tramitación parlamentaria y exigimos al Gobierno que no ceda al chantaje", ha añadido la líder de Cs. En su opinión, con la reforma se pierden oportunidades de mejorar pero "es susceptible de ser empeorada".

Arrimadas ha mencionado su interlocución con Fátima Báñez, actual presidenta de la Fundación de la CEOE y ministra que aprobó la reforma con el Gobierno de Mariano Rajoy en 2013. "Compartimos que hay elementos de modernidad y flexibilización que se pueden consolidar", ha dicho al respecto. ​"Si no se toca ni una coma y no se cede al chantaje nos podemos plantear un voto afirmativo", ha añadido la líder de Cs. La postura de Garamendi, que hoy no ha atendido a los medios, es similar y así lo ha transmitido en varias ocasiones. 

La reunión también ha contado con la participación de Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA). "Nos oponemos al hachazo del Gobierno contra los autónomos y con unas cuotas absolutamente desorbitadas", ha señalado sobre este asunto. 

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, señalaba en una entrevista publicada por Público el viernes que "si Yolanda Díaz acaba cerrando la reforma laboral con la CEOE y Cs, y se presenta a según qué cosas, el coste en el medio y largo plazo le puede ser muy grande". En todo caso, la sola participación de Cs no aseguraría que la reforma salga adelante. El Gobierno, si finalmente optara por esta vía, necesitaría también a partidos como el PNV, que tampoco ha mostrado su apoyo a la reforma. 

Por su parte, el Partido Popular (PP) también ha dejado clara su posición en los últimos días. Su voto será un "no" rotundo pese a la posición de la CEOE, con l que tradicionalmente están alineados. Garamendi y Pablo Casado escenificaron la semana pasada su buena relación a pesar de las divergencias en esta y otras cuestiones. 

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