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Las bases de ERC muestran dudas sobre el tripartito

El 43% de los militantes pide renegociar el pacto con el PSC. Los críticos más organizados reciben pocos apoyos y la ponencia oficial, un amplio respaldo

FERRAN CASAS

La dirección de Esquerra vio ayer cuestionada por las bases su elevado grado de satisfacción con la marcha del tripartito que preside José Montilla, del PSC. El 43% de los 2.500 militantes que asistían a la Conferencia Nacional en Barcelona apoyaron un texto en forma de enmienda parcial que proponía renegociar el pacto con los socialistas e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) “para mejorarlo”.

La dirección, que se conformó con un 49% de noes, admitió el toque de atención afirmando que “escuchará y analizará el mensaje”. Lo hará mañana, pero con la advertencia por delante: de renegociar el acuerdo, ni hablar. En todo caso, el resultado del cónclave servirá para aclarar al PSC que Esquerra no renuncia “a ni un ápice” de lo acordado en noviembre de 2006.

A lo largo del día, la militancia independentista emitió mensajes poco legibles e incluso contradictorios. Así, mientras algunas enmiendas críticas sumaban apoyos del 40%, la ponencia oficial, que había integrado muchas enmiendas, obtuvo el 82,7% de sufragios a favor, un 12% en contra y un 5% de abstenciones.

Un Govern “más ambicioso”

Las enmiendas con más éxito –la de renegociar el tripartito y para que uno de los líderes abandone el Ejecutivo catalán– fueron las promovidas por la corriente minoritaria Esquerra Independentista, que lidera el diputado Uriel Bertran. Éste instó a Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Puigcercós a “tomar nota” y tener “más ambición” en el Govern. Bertran recibió apoyos variopintos como los de otro corriente crítico, Reagrupament.cat.

Éstos últimos se inclinan por romper el tripartito más que renegociarlo: presentaron una ponencia alternativa apostando por “el eje nacional”. Los seguidores del ex conseller Joan Carretero consiguieron el 22% de apoyos a su texto.

Después de que Puigcercós y Ridao se batieran el cobre defendiendo la estrategia fijada en 2000, a Carod le tocó cerrar el cónclave. Positivizando las discrepancias, muy visibles el último año, reivindicó su orgullo de pertenecer a un partido con bases “inconformistas y transgresoras”.
Carod reivindicó el trabajo del Gobierno del que es vicepresidente en los ejes social y nacional. Puso como ejemplos la duplicación del presupuesto de educación y atención social, pero también cómo se ha pasado de una a 15 federaciones deportivas catalanas reconocidas internacionalmente.

Por último, se referió a la consulta autodeterminista que él propuso y ue la ponencia aprobada prevé para el 11 de septiembre de 2014. Los referendos, avisó, se convocan “desde el Ejecutivo”. Intentaba así conjugar gobernar con el PSC mientras se persigue la meta máxima, que no olvida: la independencia.

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