Este artículo se publicó hace 17 años.
Bono pone 2012 como fecha de caducidad de Zapatero
Moncloa le desmiente: "El presidente siempre estará a disposición del partido"
Gonzalo López Alba
Lo largó como si tal cosa. Con aire inocente y el tono de quien cuenta lo que ya es conocido por todo el mundo: "... habiendo ya dicho el presidente que no repetirá en una tercera legislatura..."
Pero, no. José Luis Rodríguez Zapatero nunca ha dicho eso, al menos públicamente. Lejos de ello, su último comentario conocido sobre esta cuestión fue: "Hay años por delante y hay que aprender de los errores ajenos" (entrevista en Público, 5/11/2007).
Así que la frase de José Bono, apuntando a que Zapatero imitaría lo hecho por José María Aznar, provocó un auténtico revuelo.
El ex ministro la pronunció cuando estaba a punto de cerrar la presentación del libro Zapatero el Rojo (Foca), de los periodistas Esther Jaén, colaboradora de Público, y Juan Carlos Escudier.
Levantada la mesa, Bono se vio rodeado de periodistas que le preguntaron si había dicho lo que había dicho o había sido malinterpretado. Rectificó de tal modo que atribuyó la revelación a una confidencia directa del presidente del Gobierno.
Entre la realidad y la intuición
"No. Lo que he dicho... creo que se corresponde con... con la realidad, pero lo llevaba anotado casi todo, excepto eso, y, por tanto, tampoco me atrevo a hacer una cita precisa y con comillas de lo que me haya dicho. Más bien es una intuición, una impresión mía".
Esta fue, literalmente, la puntualización que hizo el ex ministro de sus palabras, que alimentan las conjeturas sobre un hipotético pacto de sucesión entre ambos políticos. Sus manifestaciones fueron hechas mientras que el presidente volaba a Bayona para visitar al guardia civil herido por ETA.
En Moncloa y en Ferraz no daban crédito. Tal era la estupefacción que la primera reacción fue verificar la textualidad de sus palabras. Después, el desmentido.
"El presidente del Gobierno sólo está pensando en los próximos cuatro años y siempre estará a disposición del partido", dijeron portavoces oficiales del Gobierno y de la Ejecutiva del PSOE.
Antes de provocar el revuelo, Bono había definido su relación con Zapatero como "la historia de una generosidad de la que ambos hemos hecho alarde y derroche". Claro que, en su relato, el líder del PSOE y presidente del Gobierno siempre aparece como el pretendiente y él como el deseado.
Así, bajo el envoltorio del elogio a Zapatero por su "tenacidad", reveló también que éste dedicó seis horas a intentar convencerle para que aceptase ser el candidato a la Alcaldía de Madrid y que "me costó mucho que aceptara mi dimisión" como ministro -"acordamos que fuera cuando la primera encuesta situara claramente al PSOE por encima del PP"-.
Después de haber justificado su retirada en motivos familiares, el lunes, en TVE, argumentó su regreso a la primera línea de la política en que "no gobierna el mismo presidente en Catalunya" y "ha cambiado la situación con ETA".
Bono también desclasificó otras informaciones que reservaba -dijo- para sus memorias: "Éramos pocos los que pensábamos que la retirada de Irak debía producirse como se hizo. En alguna reunión éramos dos: él (Zapatero) y yo".
El ideario de Bono
Previamente, había aprovechado la presentación del libro sobre Zapatero -a la que no asistió ningún miembro del Gobierno ni de la dirección del PSOE- para desgranar parte de su ideario, no siempre coincidente con el del líder socialista.
Así, se mostró crítico con la concentración de ayer contra el terrorismo, señaló la igualdad como primera seña de identidad de la izquierda -para Zapatero es la libertad- y censuró que "a veces da la impresión de que sólo se puede ser de izquierdas en un país federal o confederal".
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