Calviño, la primera mujer al frente del Banco Europeo de Inversiones
Es también la primera española que preside el BEI después de sortear el veto de Italia y con una Francia clave que se ha guardado su as en la manga hasta el último minuto.
María G. Zornoza
Bruselas-Actualizado a
A la tercera fue la vencida. Tras los intentos fallidos de llevar la batuta del Eurogrupo y del Fondo Monetario Internacional, Nadia Calviño se ha hecho este viernes con la Presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Los gobernadores del organismo –que son los ministros de Economía y Finanzas de la UE- así lo han decidido. Tras ser la única candidata "de consenso", será la líder del bautizado como prestamista europeo después de sortear el veto de Italia y con una Francia clave que se ha guardado su as en la manga hasta el último minuto.
La vicepresidenta primera del Gobierno se convertirá en la primera mujer y en la primera española al frente del BEI a partir del próximo 1 de enero, ya que el mandato del actual presidente, el alemán Werner Hoyer, expira el 31 de diciembre. La apuesta de la gallega para asumir las riendas del organismo con sede en Luxemburgo tiene una doble lectura.
Por un lado, el Gobierno pierde a una de sus figuras más destacadas y respetadas en Bruselas. Calviño cuenta con mucho prestigio entre sus homólogos. Es conocedora, como pocos, de los entresijos y el funcionamiento de la maquinaria comunitaria. A sus espaldas carga con una dilatada carrera en las instituciones europeas donde llegó a ser la directora general de presupuestos de la Comisión Europea.
Sánchez: "Es una elección que refuerza la presencia e influencia de España en los organismos internacionales"
"La designación de Nadia Calviño como presidenta del Banco Europeo de Inversiones es una magnífica noticia para Europa y un orgullo para España. Será la primera mujer que presida el BEI desde su fundación. Un reconocimiento a su extraordinaria trayectoria, rigor y liderazgo de la política económica de nuestro país. Una elección que refuerza la presencia e influencia de España en los organismos internacionales", ha reaccionado Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
España se ha dejado mucho capital político en la defensa de la candidatura de su ministra de Economía. En la terna estaban perfiles muy potentes como la danesa Margrethe Vestager o el italiano Daniele Franco. Italia fue el país más vocal en la oposición de Calviño, pero no aunó una mayoría de bloqueo suficiente tras el oui francés.
En Bruselas todo favor se consensúa. Y todo favor se paga. Nuestro país coloca a una de las suyas al frente de una institución europea. Lo ha hecho sufriendo durante cuatro largos meses de negociación in extremis, a tan solo tres semanas de que expire el mandato actual. Y todo ello tendrá, presumiblemente, un impacto en el reparto de puestos europeos que se producirá tras las elecciones al Parlamento Europeo de junio.
La designación de los conocidos como top jobs es una de las cuadraturas del círculo más complejas de la burbuja de Bruselas. Hay que equilibrar sensibilidades nacionales, geográficas, políticas o de género. En 2019, tras la configuración de la legislatura actual, Sánchez, el por entonces socialdemócrata con más peso de la UE, consiguió alzar a Josep Borrell como Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, un cargo devaluado históricamente, pero que ha tomado peso y relevancia estos años debido al contexto geopolítico actual marcado por las guerras de Ucrania y de Oriente Próximo.
Calviño sabía de alguna forma que en la negociación que arrancará tras los comicios europeos, la apuesta de Sánchez será alguien de su cuerda, de carnet. Con fuerza suena Teresa Ribera, vicepresidenta climática. Aunque el resto de los países no dudarán en usar la baza Calviño para reducir las exigencias españolas.
Calviño se asegura un puesto de peso hasta, al menos, 2030
La segunda lectura es que es una salida más que atractiva para la gallega. Con solvencia y comodidad para moverse en el ámbito internacional, con pocos puntos para volver a Bruselas como comisaria y tras perder frente a Pascal Donohoe para presidir el Eurogrupo en 2020 y contra Kristalina Georgieva para ser directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2019, el BEI era la mejor puerta a la que tocar en estos momentos.
El sueldo que percibirá es también muy jugoso. Cobrará igual que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, es decir 30.600 euros mensuales. Aunque pierda visibilidad en la primera línea de la política, Calviño se asegura un puesto de peso hasta, al menos, 2030. Y allana su camino a dar un salto más importante en los próximos años. Dentro del Gobierno su situación no era la más idílica. Sus tensiones con el Ministerio de Trabajo que capitanea Yolanda Díaz han sido visibles durante los últimos meses. Y a todo ello se une una coyuntura económica compleja para los próximos meses donde se espera que el crecimiento vivido tras la pandemia se modere. En este escenario, además, España está obligada a mantener el déficit por debajo del 3%.
El Banco Europeo de Inversiones, sostenido por la contribución de los Estados miembros en función de su músculo económico, tiene por objetico conceder préstamos en condiciones favorables a proyectos que contribuyan a los objetivos de la UE. Fue el primer banco multilateral del mundo en poner fin a la financiación de combustibles fósiles y en los últimos años ha fijado las inversiones verdes como una de sus prioridades. En 2007 emitió sus primeros bonos verdes y ha comprometido 1 billón de euros hasta 2030 en políticas climáticas.
"El BEI es un instrumento clave para los objetivos políticos de la UE tanto dentro como fuera de sus fronteras. Estamos convencidos de que Nadia Calviño reúne todas las cualidades que se necesitan para gestionar el mayor banco multilateral del mundo, canalizando la financiación que tanto necesitan las empresas y apoyando la inversión para impulsar la competitividad y el crecimiento sostenible de Europa", ha celebrado Vincent Van Peteghem, ministro de Finanzas belga, que ha coordinado todo el proceso.
"El BEI, el brazo financiero de la UE, es una institución clave para la economía europea. Tendrá un papel aún más importante en el futuro para financiar la transición ecológica, proporcionar apoyo financiero a la reconstrucción de Ucrania y también apoyar el papel de Europa en el mundo", ha señalado Calviño tras su designación.
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