Carme Forcadell, tras ser elegida presidenta del Parlament: "¡Viva la República catalana!”
La número dos de Junts pel Sí ha logrado 77 votos a favor, cinco de ellos, de Catalunya Sí Que Es Pot. En su discurso, ha dado por "cerrada la etapa autonómica" y propone a los catalanes dejar de ser "esclavos del pasado" para pasar a ser "creadores de futuro".
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BARCELONA.- Carme Forcadell se ha inaugurado como presidenta del Parlament con un “¡Viva la República catalana!”. Ha asegurado que la cámara debe dejar como legado un nuevo marco legislativo, que ahora se cierra la etapa autonómica y que los diputados recién elegidos protagonizan un “momento fundacional”.
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La nueva presidenta del Parlament ha dado por "cerrada la etapa autonómica" y ha propuesto a los catalanes dejar de ser "esclavos del pasado" para pasar a ser "creadores de futuro". También ha señalado que formar parte del escenario político nacional no había sido ni era su propósito en otro tiempo, pero ha justificado el paso dado en las últimas elecciones, que, dijo, fueron "excepcionales”.
Forcadell, que ha sido nombrada presidenta del Parlament con el apoyo ya previsto de Junts pel Sí y la CUP y el inesperado voto a favor de cinco de los once diputados de Catalunya Sí que es Pot (ICV, EUiA y Podemos), ha imprimido también un marcado tono de reivindicación social a su discurso. Ha reivindicado tanto sus orígenes en tierras del Ebro como su lugar de residencia en el Vallès, Sabadell, “una ciudad hecha con gente de todas partes”.
La nueva presidenta del Parlament ha reivindicado "políticas que ayuden a los que más lo necesiten y leyes que ayuden a erradicar las desigualdades sociales". "Que el Parlament se convierta en el lugar donde la utopía se manifiesta, que los sueños de la calle entren en el Parlament, que los anhelos de la ciudadanía encuentren refugio en el hemiciclo", ha afirmado.
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Forcadell también ha puesto el acento en su condición de mujer, la segunda que preside el Parlament de Catalunya, y ha prometido que trabajará para que la presencia de las mujeres en las instituciones forme parte de la “normalidad y no de la excepcionalidad”.