¿Por qué en Castilla y León a los diputados se los denomina procuradores?

Antiguamente, el parlamentarismo en España tildaba a sus políticos "procuradores", una palabra que actualmente la Real Academia de la Lengua define como "persona que en virtud de poder o facultad de otra ejecuta en su nombre algo". 

Este sustantivo, que casi evoca más al Imperio romano o al reino de Castilla, ha caído en desuso a lo largo del s.XX y su aplicación queda reducida a unos pocos lugares de España. En las magistraturas romanas se llamaba "procurador" a quienes ostentaban cargos relacionados con las finanzas. En la actualidad, muchos gobiernos de América Latina utilizan el término "procuraduría" para instituciones de órganos de control a funcionarios y políticos o para brindar asistencia legal.  

Pero la particularidad de Castilla y León es que ese término, lejos de desaparecer, es el que se aplica para los miembros de la Junta. Una fórmula que ya no se aplica en España y que no aparece en la Constitución Española, redactada en 1978 y que suplió "procurador" por "diputado" y "senador". 

El motivo que arguye la propia página web de la Junta de Castilla y León para explicar el motivo es el del peso de la historia. Los ahora 41 procuradores reciben ese nombre para no dejar caer en el olvido palabras que alguna vez tuvieron contundencia en la política castellana y leonesa. 

"El Estatuto de Autonomía utiliza la denominación "Procuradores" para referirse a los miembros de las Cortes de Castilla y León. Con ello se pretende vincular nuestra institución con la tradición histórica, al utilizar el mismo término que se reservaba a los representantes de las ciudades en la antigua Corona de Castilla". 

En la Edad Media, la corona de Castilla recibía a los procuradores en las Cortes, que eran representantes que acudían a ver al rey y actuaban en nombre de la ciudad por la que eran enviados.