Catalunya quiere poner freno a una presión estética que cada vez aprieta más y que provoca que seis de cada diez mujeres jóvenes no se sientan satisfechas con el propio cuerpo y que la mitad de adolescentes quiera adelgazar. Con este objetivo, la Generalitat ha impulsado un nuevo plan que contempla la ampliación de las tallas de las grandes marcas de ropa. "La presión estética no sólo afecta a la autoestima y a la salud de las mujeres, sino que también nos disciplina", ha afirmado la consellera de Igualtat i Feminismes, Tània Verge.

La Generalitat apuesta por un plan de acción que se desplegará entre 2023 y 2026 y que quiere atacar las causas y consecuencias de esta "violencia simbólica" contra las mujeres. Con una dotación inicial de 12,5 millones de euros, implicará medidas en los ámbitos del consumo, la educación, la salud, los medios y la publicidad, el laboral y también el deportivo para hacer frente a la realidad que provoca que a la mitad de mujeres hasta los 65 años no les guste su cuerpo.

La ampliación de las tallas disponibles en las grandes marcas de ropa es una de las medidas estrellas del plan, que se vehiculará a través de la reforma del Codi de Consum catalán. El objetivo es que las multinacionales ofrezcan un mayor rango de tallas y también que indiquen su equivalencia con los tamaños corporales. Esto se hará a través de un "acuerdo" con estas marcas que se está acabando de ultimar y que también incluye que las tiendas promuevan la "neutralidad corporal", es decir, que se abstengan de realizar valoraciones positivas o negativas sobre el cuerpo.

El plan está previsto que se apruebe en el Consell Executiu en abril, y también incluye otras medidas en el sector de la moda como acciones de sensibilización dentro de la Barcelona 080 o la Barcelona Bridal Fashion Week. "Queremos que las mujeres dejen de estar en guerra con el propio cuerpo", ha señalado Verge.

Medios y publicidad, actores clave

Se trata de un plan "pionero" a nivel internacional, según la consellera, que ha citado los casos de Francia y Noruega, países que impulsaron medidas puntuales contra esta presión. La divulgación y sensibilización son ejes clave de la medida, que incluye un acuerdo con los medios para que se sumen a la difusión de la diversidad corporal.

La Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) se ha comprometido a incluirla en la programación y también, a través del canal SX3, jóvenes creadores difundirán contenido contra la presión estética y con referentes con cuerpos diversos. "No se trata sólo de prohibir, sino de las herramientas que proporcionamos a niños y adolescentes para identificar la presión estética que se cuela en nuestro día a día", ha añadido Verge.

El malestar con el propio cuerpo se concreta en datos alarmantes como que el 47% de jóvenes entre 12 y 16 años quieran adelgazar o que el 27% de mujeres adultas se salten alguna comida al día. Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) se han disparado desde la pandemia y esto ha hecho que recientemente Salut haya impulsado también un plan para mejorar su atención.
Ser delgada y joven son dos de los principales ejes de esta presión estética, que también excluye a los cuerpos racializados, con discapacidad o con una expresión de género disidente. "Decimos 'basta' porque no hay cuerpos fuera de norma", ha dicho la consellera.

Otras medidas que incluye el Plan son evitar la discriminación por la apariencia en el ámbito laboral y deportivo. Recientemente se ha hecho pública la sanción a Vueling por obligar a las trabajadoras a maquillarse y llevar zapatos de tacón, hecho del que tanto Verge como la presidenta del Institut Català de les Dones, Meritxell Benedí, se han hecho eco durante la rueda de prensa. "Inspección del Trabajo está redoblando los esfuerzos por hacer frente al sexismo", ha dicho Benedí.

Para evitar este tipo de discriminación, se promoverá un plan piloto para fomentar la contratación a través de currículums ciegos, es decir, sin foto.En el deporte, se promoverán una serie de recomendaciones orientadas a entidades y federaciones para que eviten las equipaciones que sexualicen a las jugadoras, una realidad todavía extendida. También se formará a profesionales del sector público en esta cuestión, así como se introducirán contenidos relativos a la presión estética en todos los currículums educativos.