Cargando...

Eduardo Saborido, reincidente de la rebeldía

La reincidencia del rebelde

Publicidad

Eduardo Saborido.- Archivo Histórico de CCOO Andalucía

Actualizado:

“En aquella época te aplicaban toda la gama de represión que había. Te despedían, de detenían, te multaban, te deportaban. Toda la gama posible para darte caña y que dejases de reivindicar”. Eduardo Saborido (Sevilla, 1940) la sufrió al completo, sin excepciones, pero “la caña” no cumplió su objetivo con el indomable líder andaluz de las Comisiones Obreras.

Publicidad

Tu navegador o dispositivo no soporta HTML5 audio

Con 17 años, terminado un bachiller elemental de horas robadas al sueño, un anuncio en el periódico determinó su trayectoria. Entró a trabajar “en la empresa más culta de Sevilla”, se ríe: la Hispano Aviación SA, hoy CASA. “Y esto es una historia por escribir porque en las grandes fábricas del país es donde primero surgió la semilla de la protesta, el descontento y la oposición al régimen”.

Click to enlarge
A fallback.

Eduardo Saborido, primero por la izquierda, junto a Marcelino Camacho.- Archivo CCOO

No era menos la Hispano en la que un veinteañero Eduardo entró en contacto con la célula del Partido Comunista que lideraba un tal Garibaldi. “Te comían el coco, te convencían de que España estaba muy mal y de que había que hacer algo. Pero tenías que estar muy convencido porque, como mínimo te jugabas el puesto de trabajo”

La reincidencia del rebelde

En menos de un año el sevillano sufrió tres detenciones. La primera, en enero del 67, cuando Eduardo era ‘Emilio’ en el PC. “Me engancharon, me sometieron a interrogatorios muy fuertes. Pero me escapé de las palizas físicas porque tuve la suerte de que, por primera vez en la historia del franquismo, hubo una manifestación de trabajadores pidiendo mi libertad”, narra orgulloso. “Eso no había ocurrido nunca. Eso no se lo esperaba la policía”.

Publicidad

Cartel belga en solidaridad con los condenados en el Proceso 1001.-Archivo CCOO

El tercero de Saborido fue consecuencia de los “desórdenes” que, según el Tribunal de Orden Público, causó cuando apenas había cruzado la puerta de la cárcel de Sevilla para disfrutar de la libertad provisional. “Me dirigí al Sindicato del Metal, en la calle Moreri, para el recibimiento de los compañeros y allí me puse a cantar un himno que habíamos compuesto e prisión”. Y se atreve a entonar: “Las Comisiones Obreras, vanguardia del pueblo español, que con su lucha sindical persiguen su liberación…”

Los diez de Carabanchel

“Me tuve que marchar a Madrid porque me pusieron en busca y captura, como en el Oeste”. En Madrid, el PCE le hizo un DNI falso en el que se leía “Jesús Sánchez Suárez, empleado cordobés”. Y con esa nueva identidad, se dedicó el sevillano a la reorganización de CCOO a escala nacional. Hasta el 24 de junio de 1972, cuando se convirtió en uno de ‘Los diez de Carabanchel’.

Publicidad

Saborido, tras Marcelino Camacho, en uno de los primeros congresos de CCOO tras su legalización.- Archivo CCOO

Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius y el resto de la dirección nacional de CCOO se había reunido en el Convento de los Oblatos de Pozuelo de Alarcón. “Pero hubo un fallo, bueno, más bien una delación, y nos cogieron in fraganti. Eso significaba que nos iban a dar muy fuerte. La policía iba a por todas, nos querían dar un escarmiento. Y vaya si nos lo dieron: nos pidieron penas monstruosas”.

Publicidad