ERC y Bildu enmiendan la reforma del PSOE sobre la ley del 'solo sí es sí' por las alusiones a la "violencia" e "intimidación"
Ambas formaciones sostienen que incluir estos dos conceptos "desplaza el consentimiento como el elemento definidor entre una relación sexual consentida y una agresión sexual".
Madrid-Actualizado a
ERC y EH Bildu, dos de los principales socios del Gobierno de coalición, han presentado enmiendas conjuntas a la proposición de ley del PSOE para reformar la ley del solo sí es sí con el objetivo de que retirar de ese texto las alusiones a la "violencia" e "intimidación" que pretenden incluir los socialistas.
La iniciativa del PSOE mantiene la agresión como tipo único, pero eleva las penas para aquellas que se cometan con violencia o intimidación o cuando la víctima tenga anulada por cualquier causa su voluntad.
El texto de los socialistas rescata varias de las horquillas previas del Código Penal, elevando principalmente las penas mínimas que han propiciado las rebajas de condenas de agresores sexuales desde que la norma entró en vigor en octubre.
Según la ley del solo sí es sí, será castigado como autor de agresión sexual el que realice cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento, y "sólo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona".
El castigo es una pena de prisión de uno a cuatro años, que la reforma eleva a una horquilla de uno a cinco años "si la agresión se hubiera cometido empleando violencia e intimidación o sobre una persona que tenga anulada por cualquier causa su voluntad".
En el caso de las violaciones, la ley del sí es sí fijó una pena de cuatro a 12 años y la propuesta socialista señala que si se usó violencia o intimidación o la víctima tenía anulada su voluntad, el castigo ascenderá a entre seis a 12 años.
Pero tanto ERC como EH Bildu piden que los artículos 178 y 179 de Código Penal se mantengan tal y como están para "proteger el consentimiento como centro de ley". De este modo, ambas formaciones dejan claro que se decantan por la tesis de Unidas Podemos y del Ministerio de Igualdad.
A su juicio, la reincorporación de los términos de "violencia e intimidación" como centrales en el tipo penal de agresión sexual, agregando el elemento de anulación de la voluntad de la víctima "desplaza el consentimiento como el elemento definidor entre una relación sexual consentida y una agresión sexual". "Ello supone negar que la violación, ya es per sé una forma de violencia, y afirmar que hay violaciones no violentas", argumentan.
De hecho, quieren ir más allá en la definición del consentimiento para aclarar que "no se deducirá que hay consentimiento por la ausencia de resistencia física o el silencio de la víctima, ni por su conducta sexual previa". Pretenden con ello que tenga "más incidencia en el aspecto probatorio que determina la impunidad de muchos procedimientos".
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